La fogata por la que esperábamos los miembros de la tribu se apagó. Caminarán en silencio escuchando con atención las notas inmortales del rock. El silencio será en el alma por la partida de este mundo de la voz, Renán Andino.
Los micrófonos ya no tendrán al jefe de la tribu haciendo pruebas de sonido antes de salir al aire. Toda la historia, los códices de la civilización, la ciencia y la mitología se los llevó a su última morada. El sabio partió y solo nos deja la enseñanza y el tiempo de oro que nos regaló cada jueves por la noche.
La soberbia, el odio, las frustraciones personales y hasta las diferencias políticas quedaban inertes cuando se sintonizaba la Rock n Pop para escuchar con atención a Renán.
Los últimos 40 años de su vida se los regaló a la radio y se dio cuenta que crearía historia. Que enseñaría y que dejaría un legado en todos los miembros de la tribu que cada jueves escuchábamos con mucha atención.
Renán cambió la vida de un trabajo “normal” donde podría generar más dinero por su pasión, educar a todos con su conocimiento inmenso del rock.
Hoy ya descansa en la morada eterna. Seguramente compartiendo esencia con Syd Barrett (Pink Floyd) y Jon Lord (Deep Purple).
¡Hasta siempre Renán!…
Nosotros tenemos que continuar “¡Porque el rock siempre vive!”