Bueno, aquí en Honduras sí que somos CONCHUDOS, con toda la palabra. En el centro de Tegucigalpa desde el martes pasado se están “Dando en la madre” los vendedores ambulantes y la policía municipal.
Todo el alboroto es porque los vendedores a la fuerza quieren ponerse vender “temporalmente” sus mercaderías en el Paseo Liquidámbar o en La Peatonal como se le conoce.
Ahora están exigiendo que los dejen vender, que la temporada está baja, que no tienen dónde vender.
Nombe, seamos serios ¿Cómo exigimos que en Honduras se respeten las leyes si ni siquiera nosotros como ciudadanos la queremos respetar?
La ley municipal dice claramente que es prohibida la venta ambulante en esa zona del centro, pues es parte del casco histórico de la capital y se está buscando que el centro tenga un repunte económico.
Sí, todos tenemos derecho al trabajo, pero seamos honestos, la mayoría de estos vendedores tienen un puesto en algún mercado de Comayagüela o en otra parte del centro y lo que buscan es ir hacer relajo al centro.
Cada vez que los vendedores “ambulantes” pretenden vender “temporalmente” su mercadería en algún sitio, estos se apropian del lugar y se quiere quedar allí “a huevos”.
¿Será acaso que queremos volver a esos tiempos en que era casi IMPOSIBLE caminar por La Peatonal?
Yo recuerdo que en mi niñez iba varias veces al centro con mi señora madre y realmente daba miedo intentar pasar por la peatonal, se miraba feo, era peligroso, sucio y ni se pensaba en entrar en las tiendas porque no se podía. ¡Parecía mercado!
¡No es posible que en Honduras todos pretendamos hacer las cosas como nos de la gana!
A los capitalinos nos ha costado volver a tener confianza en ir al centro, porque ahora ya no se mira ese relajo, se mira más seguridad, ya podes ir comerte una baleadita a los dolores porque los vendedores están bien ordenados.
Podemos disfrutar de muchas actividades culturales, o simplemente sentarnos a comernos un cono o un pan con mantequilla de esos negocios de panadería de la peatonal.
Realmente da gusto ir a darse una vuelta al centro, pero si dejamos que el desorden vuelva lo vamos perder nuevamente.