“¡Bendiga Dios la prodiga tierra en que nací!”
Fecunden el sol y las lluvias sus campos labrantíos; florezcan sus industrias y todas sus riquezas esplendan magníficas bajo su cielo de zafiro.
Mi corazón y mi pensamiento, en una sola voluntad, exaltaran su nombre, en un constante esfuerzo por su cultura.
Número en acción en la conquista de sus altos valores morales, factor permanente de la paz y del trabajo, me sumaré a sus energías; y en el hogar, en la sociedad o en los negocios públicos, en cualquier aspecto de mi destino, siempre tendré presente mi obligación ineludible de contribuir a la gloria de Honduras.
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Y no olvidaré jamás que mi primer deber será, en todo tiempo, defender con valor su soberanía, su integridad territorial, su dignidad de nación independiente; prefiriendo morir mil veces antes que ver profanado su suelo, roto su escudo, vencido su brillante pabellón”
…”
¿Saben de qué escrito es este hermoso fragmento? ¿Pues de cuál más sino que de la gloriosa Oración del Hondureño escrita por el gran poeta, narrador, editor, antólogo y periodista hondureño hondureño Froylán Turcios?
Turcios es, junto a Ramón Molina, uno de los intelectuales más grandes de Honduras. Nació en juticalpa, Olancho en el año de 1874 y murió un 19 de Noviembre de 1943 pero fue trasladado al Cementerio General de Tegucigalpa.
Este sábado se cumplieron 73 años de su muerte.
Como periodista dirigió el diario El Tiempo de la ciudad capital Tegucigalpa y fundó las revistas El Tiempo de Tegucigalpa, entre otras. Turcios fue un cuentista de finos rasgos, inclinándose a los temas violentos. Inició en Honduras en el siglo XX el género del cuento.
Uno de los mejores: “La mejor Limosna”
En 1910 publicó la novela El vampiro, cuyo tema gira alrededor de la muerte y tiene un estilo modernista, razón por la cual la realidad no se ve reflejada directamente en la obra.
Al año siguiente publicó otra novela más breve llamada El fantasma blanco. Entre sus volúmenes de poesía y cuento se hallan, entre otros:
Mariposas (1895),
Renglones (1899),
Hojas de otoño (1905),
Prosas nuevas (1914),
Floresita sonora (1915),
Cuentos del amor y de la muerte (1930),
Páginas del ayer (1932), y Cuentos completos (1995).
En el año 2010, se presentó un cortometraje basado en el cuento corto de Froylán Turcios: “La risa de la muerte”