Por TRIPLE G
Me sorprenden que RadioHouse haya publicado un artículo ofensivo en el que el diputado Luis Redondo pregunta en quién se puede confiar más: si en el presidente JOH o en una cucaracha.
(Como ya es una costumbre cada vez que publico un artículo, saldrán los ignorantes y resentidos sociales a decir que soy un tarifado, que tengo chamba en el gobierno, que soy cachureco, etcétera.
Pues ni lo uno ni lo otro. Soy solo un ejecutivo de un banco de Tegucigalpa que trata de escribir sin ofender ni calumniar y que paga puntualmente sus impuestos).
Ahora entremos en materia.
La gente aplaudió la “gran idea” del diputado del PAC, olvidándose que este señor no tiene credibilidad. Lo más notorio que a hecho por el país es pegarle a un bombo dizque como jefe de la barra de Honduras, cosa que da risa porque él es el único miembro.
En sus delirios de grandeza, Luis Redondo se adjudica las hazañas de la H, cuando la realidad es que con ese bombo inofensivo no le mete miedo a nadie.
Pero más allá de eso, es el menos indicado en hacer ese tipo de encuestas bobas e irrespetuosas, porque él mismo traicionó a Salvador Nasralla.
Luis Redondo cree que tiene liderazgo, pero todos sabemos que el PAC es Salvador. Don Luis no es nadie como dirigente político, y estoy cien por ciento convencido que no saldrá electo en las próximas elecciones, pues los seguidores del Señor de la TV le darán el voto de castigo.
No sé que lo llevó a “dársele vuelta” a Salvador, pero lo que sí queda claro es que Luis Redondo no es un hombre leal.
También habría que preguntarle a don Luis qué ha hecho en el Congreso Nacional, cuáles son sus aportaciones para el engrandecimiento del país.
Lo que más se recuerda de él es que allí también hace su show, sin bombo, claro está, pero con cartulinas y mensajes de oposición.
Y, como ocurre con su célebre bombo, allí tampoco mete miedo.
Don Luis debería tener más cuidado, porque los diputados no tienen buena imagen. ¿Se puede confiar en él? ¡Claro que no? ¿Cómo, si es un hombre ideológicamente inestable?
Yo no confío en Luis Redondo. En cambio, en una cucaracha sí.