Jean Navarro es el típico chavo fuera de lo común, el que siempre pasa con una sonrisa haciendo bromas y chistes. También es un estudiante con excelencia de Lenguas Extranjeras y, sobretodo, un amante del teatro, al punto que ha dejado muchas cosas por dedicarse en cuerpo y alma a la actuación.
Te invito a leer la entrevista de uno de los mejores actores del país.
¿Cuántas horas le dedicás al teatro?
Cuando montamos una obra, que nos lleva por lo menos dos meses, unas cuatro horas diarias; eso es aproximadamente lo que hacemos para un espectáculo de hora y media.
¿De dónde nace esa pasión?
En mi caso, yo estaba en la universidad, yo estudio Lenguas Extranjeras y en la clase de italiano mi profesor nos llevó a ver una obra del Teatro Memorias.
Yo dije “¿Quiénes son ellos? ¿Son hondureños? Me gustaría trabajar con ellos”. Así empezó la pasión de querer hacerlo de manera profesional como una aspiración. En la universidad hicimos un grupo y le pusimos por nombre Teatro Caja Negra, la dirigía Gary Nazar. Y después fue que me llamaron aquí, del Teatro Memorias.
¿Qué dejaste de tu vida para dedicar en cuerpo y alma al teatro?
Yo empecé la carrera de Lenguas Extranjeras, solo me hace falta la práctica, pero digamos que yo he hecho pausas en mi vida, he dejado de lado varias cosas me han ofrecido oportunidades de trabajo dizque mejores que estas.
A veces el primer distractor es en la casa de uno, entonces ellos mismos se han encargado de ubicarme en varios puestos, me conseguían ser aeromozo, después de traductor de no sé qué… Yo daba clases de italiano, trabajaba en el Instituto Academia Europea y lo dejé a pesar de que disfrutaba montón porque quise comprometerme más en el teatro.
¿Soltero?
Sí, mirá yo digo que no he querido, pero allá al fondo la verdad es que no me han querido, pero yo estoy tranquilo pues así me dedico a esto.
¿Qué te dicen tus papás?
El teatro te permite eso, además de que es una pasión y lo disfrutás, uno ve que el compromiso social, te permite explorarse y conocerse más, eso es bien enriquecedor, cosas que el billete no lo compra, así que uno puede vivir muchas vidas dentro de una; a nosotros lo material en sí no nos interesa.
¿Se puede vivir del teatro?
Sí.
¿El arte abre los ojos?
Fíjate que cuando me fui desarrollando como joven iba lleno de prejuicios, con un montón de prohibiciones, un montón de tabúes y cuestiones mentales impuestas por nuestro sistema.
El arte te libera de muchas cosas, te abre los ojos y te da una visión diferente de lo que uno cree que es el mundo. A mí me ayudado a liberarme de muchas cosas y decir “Tal vez no sea ni cristiano ni mundano, pero quiero ser humano”.
¿Qué sigue después de La Trampa, la obra donde magistralmente interpretaste a Daniel?
Luego viene Colombia, es un grupo de Cali con una obra que se llama Jovita frente al espejo, también El Cavernícola de El Salvador y de ahí viene otra vez Fiscales en Apuros.
¿Cómo te mirás en cinco años?
Quiero terminar mi práctica, pero quiero estar en Honduras para seguir haciendo obras.
FOTOS: EL OSO MONTERO.
