Honduras ha pagado con dolor el no sacar puntos frente a Trinidad & Tobago. Los trinitecos nos han eliminado de dos Copas del Mundo: Italia 90 y Corea-Japón 2002.
Recuerdo hace mucho cuando en un juego eliminatorio (tuve que buscar la fecha porque tenía como 6 años más o menos y no recuerdo con exactitud el día) Salvador Nasralla gritaba: “Ese árbitro es un ladrón”, “Nos están robandooooo”. Y en efecto, así fue.
Un 13 de noviembre de 1988 en Tegucigalpa. Juan Flores adelantó a la H con una carambola que terminó dentro del marco de los caribeños. Luego de eso, no nos pitaron nada, un penal a favor de los nuestros, manos descaradas que el árbitro de línea celebraba y para colmo, al minuto 56 un tal Charles ponía el 1-1 que nos dejaba fuera de Italia 90.
En el juego de ida había quedado 0-0 y el gol de visita, por ser sistema de copa, nos mandaba a cerrar la puerta del mundial italiano en nuestra propia casa.
Pasaron 13 años para volvernos a ver las caras en un juego eliminatorio. Esta vez el escenario era el Olímpico de San Pedro Sula, bajo un calor infernal.
Jugábamos la Hexagonal Final, el 7 de octubre de 2001, éramos terceros y ganando a los caribeños nos íbamos belleza para Corea-Japón. Pero los catrachos con la mejor selección que ha tenido en la historia del fútbol hondureño no fue capaz de hacerle goles a Trinidad & Tobago. La pelota simplemente no quiso. O hubo una fuerza sobrenatural que evitó anotáramos o simplemente eran tan malos que no pudieron.
Ramón Maradiaga nos dirigía y contábamos con la delantera más letal de Concacaf, David Suazo, Carlos Pavón y Milton “Tyson” Núñez.
Durante el juego el dominio fue catracho, pero con un gol de Stern John nos condenó a la eliminación. Teníamos que ganar en México y nos fuimos a comer 3.
El juego de la segunda jornada de esta Hexagonal es clave. Si no sacamos puntos contra los caribeños olvidémonos de Rusia 2018.
Espero Pinto y los jugadores entiendan que este juego es matar o morir porque si no sacamos puntos, llegamos hasta aquí.