Es una negra pero ocurrente forma de protestar contra la violencia: dejar encostalados -incluyendo un decapitado-, en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Honduras.
Hasta el momento no se sabe quiénes están detrás de esta original manera de manifestarse contra la violencia que sufre el país.
Las autoridades y estudiantes y curiosos se detenían para ver los “cadáveres”-pichingos que estaban tirados, y arrugaban la cara, se persignaban o volteaba a ver hacia otro lado.
¡Pero era una broma grotesca!
Y una forma de protestar contra femicidios, asesinato de campesinos, conductores de buses y comerciantes, que son, en la vida real, víctimas de extorsionadores y pandilleros.