Olimpia se quedó con las ganas de clasificar a la siguiente fase de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Sin embargo, la afición olimpista culpa al técnico Héctor Vargas de la eliminación del equipo merengue.
Aquí están los pecados capitales del técnico argentino:
- Alternancia de porteros:
No se puede poner a jugar a Noel Valladares sabiendo que ha tenido muy bajo rendimiento y que el que merecía estar porque anda mejor era Donnis Escober.
En ningún equipo de las ligas europeas se ve esto. Juega un solo portero y solo es sustituido cuando este se lesiona o es suspendido.
- Dejar en la cancha a Byron Méndez:
El mediocampista albo ha estado perdido en sus últimas actuaciones. No puedo entender por qué Vargas lo dejó en la cancha.
El cambio de Carlos Will Mejía no resultó como el técnico quería. Su función era desbordar y jamás logró hacerlo.
- Sacar a Chirinos del partido:
¿De verdad? Será que el técnico no vio que era el mejor jugador de la cancha por lejos. Se notó el bajón del Olimpia cuando fue sustituido.
Según Vargas, Chirinos ni tuvo profundidad. Válgane Dios. Que les pregunten a los defensas de los Tuzos…
- La línea de cuatro, un desastre:
Los cuatro defensas del equipo blanco andaban más perdidos que perro en misa. No te pueden hacer goles con jugadas de futbolito dentro de tu propia área.
Estuvieron flojos en la marca, en los tiempos y eso fue algo que no supo corregir el técnico olimpista.
Los atacantes de Pachuca lograron identificar las carencias de la defensa olimpista y la hicieron pedazos.
- Mal Planteamiento táctico:
Este partido era de morirse en la cancha. No se vio un Olimpia que tenía que ir de frente a buscar el resultado.
Salir con un 4-3-3 fue letal para las aspiraciones de los merengues. Ninguno de los jugadores del Olimpia se vio cómodo con esta formación y salió muy caro.
A pesar de lograr marcar cuatros goles frente a uno de los mejores equipos mexicanos de los últimos 11 años, el albo se quedó en el camino.
Un año más de frustración para el Olimpia en su lucha por conquistar un nuevo torneo de la Concacaf. No brilla internacionalmente desde aquella histórica clasificación al Mundial de Clubes en 2001 mientras eran comandados por Edwin Pavón y tenía un equipo de estrellas.