En el juego Real España contra Olimpia (un PARTIDAZO), se dio una jugada en el minuto 92 de tiempo corrido, Bryan Johnson y Chino López, Bryan carga y antes de hacer contacto, el jugador aurinegro se deja caer, el juez compra y marca penal.
Después de haberse gastado un partidazo en el clásico, llega el pelo en la sopa y el árbitro, que ni siquiera mencionaré el nombre, con su cuota de protagonismo se lleva el juego un gol por cero y deja en el suelo el trabajo de semanas enteras de un equipo que se prepara para este tipo de partidos.
La no violencia en los estadios debe predicarse con ejemplo y mientras existan este tipo de arbitrajes lamentables no vamos avanzar como fútbol ni como país que aspira a grandes cosas en el marco internacional del deporte rey. Equipos abalanzándose contra el juez que debería impartir justicia y no ser protagonista bajo ningún punto.
Esto enoja aficionados y se producen hechos violentos, por la pasión y la poca tolerancia del hondureño en sí.
Es por este tipo de actitudes arbitrales que ya no se toman en cuenta jueces hondureños para gestas mundialistas.
Entre otras cosas, me daría pena arrodillarme ante Dios para agradecer un triunfo con semejante robo.
Por amor al fútbol, que vengan jueces que impartan justicia y no quieran ser protagonistas.