Giacomina Rosa es una mujer de una fe inquebrantable que ha superado muchas pruebas, entre ellas el cáncer. Soñadora, enamorada de la vida y en espera de su príncipe azul -además de guapísima-, a sus 55 años nos presenta un poderoso e inspirador testimonio en el que la valentía se le paró de frente a la muerte y se rió de ella.
Hablemos del cáncer.
Esto es de los testimonios es algo que el Señor quiso que agregara a mi lista; el Señor me ha dado mucho material para trabajar, cuando a mí me vino el cáncer, un día mi energía empezó a bajar y yo dije “¿Qué es esto?”. A las 12 del mediodía estaba que ya daba lo último, me hice los exámenes y tenía cáncer en el cuello, era un collar de ganglios.
Ese día tenía una reunión con mis compañeros y todos ellos estaban esperando el resultado, yo ya sabía el resultado, me fui al salón a peinarme, a maquillarme, me puse una ropita sexy y mis compañeros “¡Aayyy, Giaco no tenés nada qué tranquila te vez!”. Y yo les dije “Tengo cáncer”.
Ellos me decían “No estés bromeando con eso”… Muchos de ellos empezaron a llorar y yo les digo “Ah, no, no, no, nadie me llora, que aquí no me están enterrando”.
Fíjate que yo le pregunté a mi “baby” (Dios), porque soy la consentida de él: “Baby, ¿Qué querés que haga? ¿Que trabaje allá arriba o aquí? Póngase claro. Él me dijo “Te quiero aquí” y pues yo le dije “Perfecto, vamos a trabajar y luchar para vencer está enfermedad” y empezamos la lucha con ese animalito que no sabe con quién se metió.
¿Cuán difícil son las quimioterapias?
Cuando empecé las quimioterapias yo le dije a Diosito: “Usted me ha puesto una serie de pruebas donde todo me ha pasado, ok, yo la acepto, vamos a cerrar con broche de oro, no más, pero con una condición: esta prueba se va a llamar ´como si nada´, yo voy a pasar esta enfermedad como si nada, a mí no me va a dar vasca, no me va a dar temblequera, no me va a quitar el hambre”, y es más, yo subí de peso.
Comenzamos con la lucha, tuve un ejército de ángeles de todo el mundo por un año completo, no tenía trabajo, no tenía un sueldo con qué vivir y pagar mi medicamento. Yo venía de salir de un divorcio, mi tercer divorcio…
¿Cuándo se le cayó el cabello?
Mamita, ni las quimioterapias detuvieron a esta mujercita, yo iba a las quimioterapias con pelucas con flequillo, con extensiones, pelucas cortas, yo me iba a las quimioterapias así como me ves, cuando me miraban me decían “Usted es la primera quimioterapia a la que viene”, y yo le decía “No, mamita, yo ya voy por la décima”. Yo digo que fe más positivismo equivale a sanidad.
¿Cómo supero el cáncer?
Fue un año que estuvimos luchando con quimioterapias y todo hasta que un día el Señor me dijo un 23 de diciembre “No más cáncer, ahora usted va hacer la embajadora de su baby aquí en la tierra, a testimoniar”.
¿Cuál es su mayor miedo?
Mi mayor miedo sería perder la fe, no podría vivir sin esta fe que me inyecta.
Es una mujer alegre y activa… ¿De dónde saca todas esas energías?
Vienen exclusivamente desde arriba, de Dios. Siempre he sido hipercativa, pero no brincando de aquí para allá, sino de la energía de tener la capacidad de hacer varias cosas a la vez y poder reflejarlo en tú día a día. Todo viene de Dios y de la herencia de mis padres
¿Cómo hace para mantenerse así de guapa?
Yo siempre he dicho que hay un ejercicio para mantenerse joven, feliz y radiante: sonreír. Soy del pensamiento que no importa con quién estés, si estás en un supermercado con una dependienta, o en un banco con un gerente, no hay que negarle una sonrisa a nadie, porque esa sonrisa es la que refleja tu paz, tu alegría y sobretodo, el agradecimiento con Dios porque Él te quiere feliz. Y, por otro lado, como decía mi mamá, me gusta andar “emperijoyada”, siempre con mi collar, mis aretes.
¿Hace dieta?
Yo lo que hago honestamente es que de lunes a viernes trato de no excederme en los carbohidratos, pero llega el sábado y el domingo y ahí nadie me detiene, pueden ser chicharrones, pupusas y todo viene para este cuerpecito, yo no se lo puedo negar, uno de los grandes placeres de la vida, aparte de otros, es comer ja, ja, ja.
¿Cómo le ha ido en el amor?
Ay, mamita, pues yo digo que no me ha ido tan mal, pues me he casado tres veces, ja, ja, ja. La gente me pregunta si me volvería a casar y yo les digo que sí, que estoy enamorada del amor y estoy esperando mi príncipe azul.
¿Qué tiene que tener un hombre para que la conquiste?
En primer lugar, que sea un hijo de Dios, que sea temeroso del Señor, un hombre que ame la vida, que baile, que ría, que sea trabajador, responsable y si es guapo, pues se va en la chascada; no tengo un estereotipo.
¿La etapa de Entre Mujeres?
Amé esa etapa, de tal manera que pienso regresar con una misión que Dios ha puesto en mi camino de hablarle a los hombre mujeres y niños y darle una palabra que Dios ponga en mi boca.
Fotos: Sergio EL OSO Montero