La película EL PALETERO ha revivido el interés del hondureño en esos hombres que se pasean por nuestras calles -angostas, empinadas, con baches-, alegrando nuestras vidas con el sonido de las ruedas de su carreta y de las campanas que anuncian su llegada.
El equipo de RadioHouse salió a buscar a los paleteros de la vida real para conocer cómo es su día a día y preguntarles “¿Ya vieron la película?”.
Nuestro misión comenzó con unas cuantas decepciones, ya que por más que buscamos no los logramos toparnos con uno.
Pero hasta que por FIN, cerca de la cancha del Guanacaste, encontramos a Mario García, quien vende paletas desde hace más de 10 años en la capital.
FOTO: Mario hace unas paletas de miedo.
Luego de comer una rica paleta de coco de 5 lempiras, y que el propio Mario hace junto con su esposa, comenzamos una amena plática.
Están buenas la paletas, Mario.
¡Ah, claro que sí! No ve que mi doña tiene el pulsito para hacerlas y que le queden bien ricas, a todos les gustan muchos mis paletas, ademas que son baratas ja, ja, ja,
¿ Sabías que hay una película hondureña donde el héroe es el paletero?
¿En serio?… No sabia para “serle” honesto, pero fijo es una película de miedo -dice con emoción y risas.
Ahora que sabés… ¿Te gustaría ir a verla?
Ja, ja, ja, sí, voy a ver si me ajusta el pisto y me llevo a la doña.
Y así Mario tuvo que dejar la plática porque los minutos pasaban y debe terminar de vender las 200 paletas.
La misión continuaba, pero las cosas se ponían más calurosas en lugar de ponerse “bien frías” ,porque no mirábamos a un solo paletero.
Hasta que llegamos a la populosa Ciudad Kennedy y allí sí encontrábamos otro más: al gran don José Evaristo García, apodado el “terror de las paletas”.
Don Eva, como me dijo que le llamara, es de esos paleteros que todos recordamos, amable, sonriente, y con carreta llenita de “rellenas”.
FOTO: Don Eva es un viejo zorro en el negocio de las paletas.
¿Alguna anécdota que recuerda como paletero?
Pues hace poco un niño me preguntó si yo era el del cine, pero no supe qué quiso decir.
Es que acaban de estrenar una película que se llama El Paletero…
Ja, ja, ja, con razón.
¿Usted iría a verla?
Si tuviera pisto sí, pero hay que trabajar primero ja, ja, ja.
Don Evra nos vendió un par de rellenas para calmar un poco el calor que hacía y así cada uno continuó su camino.
Don Evra siguió vendiendo sus paletas aprovechando un “día bueno”, como él lo catalogó, ya que las paletas que había comprado a la bodega las estaba vendiendo rápido y de eso depende toda su familia.
Nuestra búsqueda nos llevó hasta Residencial Plaza con el paletero más feliz que he conocido: Bayron.
Bayron, de 25 años, vende paletas en el sector de Residencial Plaza hasta donde todo es cuesta arriba, pero a pesar de eso se se le nota feliz.
¿Bayron, sabías que en el cine estrenaron una película de un paletero?
Sí, pero no la he ido a ver.
¿Por qué? ¿No te gusta?
La quiero ver pero casi no me queda tiempo, cuando pueda la iré a ver con mis amigos.
Me imagino que e la calle te han de suceder un montón de cosas. ¿Cual es la que más recordás?
Mmmm… Pues hace un tiempo una señora me compró todas la paletas que andaba.
¿Cómo? No te creo…
Ja, ja, yo me asusté y creí que era broma, pero no. Andaba casi tres mil lempiras en paletas pero ese día llegué temprano a la casa.
Y como el tiempo es oro, dejamos que Bayron continuara con su jornada ya que no iba a encontrarse otra vez a la señora que hace algún tiempo le compró tres mil lempiras en paletas…