Me dirigía a buscar comida en algún restaurante de la zona del Juan Pablo II, cuando de repente empecé a ver una multitud que iba con la misma dirección que la mía.
Sigo avanzando y veo que hay una montón de pancartas, con diferentes textos, pero con algo en común: las letras Copinh (el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras).
Al seguir caminando lo que veo es una valla y un pelotón de militares y policías que impide el paso de los manifestantes del Copinh.
Los manifestantes andan a pie, en motocicletas y las infaltables sombrillas y pancartas, y, por supuesto, la voz.
Las vallas que se encontraban a la altura del Hotel Marriott y el Casino Magic también me impedían caminar por la acera y me tuve que quedar como garrobo debajo del sol esperando que los policías habilitaran la acera para seguir con mi camino.
Ahora… ¿Cuál es la fregadera de obstaculizar tanto el paso? Y si no les gusta que hayan manifestaciones -las cuales son constitucionalmente legales-, RESUELVAN las preguntas de estos manifestantes.
Los cuales, como ellos mismo gritan, “¡La lucha es constante! ¡No tenemos miedo! ¡Berta Vive y la lucha sigue!”.