Todo en la vida tiene su fin, y cuando éste llega no queda más que recordar los buenos momentos, las enseñanzas y la experiencia adquirida, además de cerrar los ojos, respirar profundo, vivir y prepararse para una nueva etapa, donde será difícil olvidar el pasado.
Esta semana alguien le ha dicho adiós a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y no hablamos de cualquier persona, pues hacemos referencia al llamado “Maestro de Generaciones”.
Óscar Francisco Munguía Castillo es un catedrático que ha tomado la decisión de dar un paso al costado en sus servicios después de formar parte de la Facultad de Ciencias en la “Máxima Casa de Estudios” desde 1971; su carrera de enseñanza llegó a su final, pero no le pone un alto a su etapa de aprendizaje, puesto a que todos los días aprende algo nuevo.
Su trayectoria dentro de la UNAH es tan extensa que sería casi imposible contabilizar a cuántos alumnos les dio clases, convirtiéndose en una de las principales estrellas de la película llamada “Periodo Académico” en dicha facultad.
Un espacio difícil de llenar…
Un joven lleno de vida y de estudios en el extranjero hicieron que Munguía Castillo, hoy a sus 70 años de edad, deje sus horas de enseñanza, pero deja todo con agradecimiento y satisfacción por sus logros profesionales y personales.
¿Cuántos alumnos pasaron por sus aulas?
Innumerables, póngale la pluma a 100 por periodo son miles de alumnos, si a quince no le di clases ya son multitud, fueron 45 años.
¿Cómo era como maestro: Yuca o Soplazón?
Con 25 años de edad llegue recio, era yuca, pero con el paso fui relajándome un poco, dando siempre amor con rigor. Ni muy muy, ni tan tan.
¿La excusa más común que le ponían los alumnos?
Habían alumnos que mataban hasta seis veces a la abuela y a otros se les morían parientes todos los periodos.
Con la frase “Seguiré enseñando con alegría y siempre feliz” nos despedimos de este gran amigo de generaciones en la facultad de Biología de la “Máxima Casa de Estudios”.