Que lejos estamos de aquel 11 de septiembre de 2001. Han pasado 15 años desde aquel crimen contra civiles que no tenían ninguna culpa, aun hoy me queda la duda quién fue la mente retorcida que planeó esos ataques que acabaron con 3 mil personas y dejó más de 6 mil heridos.
Seguramente la mayoría de nosotros recuerda que hacía exactamente ese día en que el mundo fijó los ojos en Nueva York. En mi caso, estaba viendo MTV y la programación se interrumpió para mostrar en vivo lo que estaba sucediendo en la Gran Manzana.
Ese día cuatro aviones de American Airlines y United Airlines fueron secuestrados por terroristas. Dos hicieron el vuelo hasta las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio (World Trade Center), el vuelo 93 terminó estrellado en Pensilvania según fuentes oficiales por actos de valientes pasajeros que se enfrentaron a los terroristas y el último avión se estrelló en las instalaciones del Pentágono.
Hay imágenes que nunca se van a borrar de la cabeza de millones de personas que vimos como dos edificios históricos estaban envueltos en llamas, lo más triste de todo, como personas que se rehusaron a morir quemadas decidieron lanzarse al vacío.
El horror que se esparció como pólvora ese día en el mundo enseñó a la nación más poderosa de la tierra que los terroristas con ayuda de americanos o no, ya no operaban desde la oscuridad, si no que tenían el valor de salir a la luz del día con la capacidad de cometer cualquier acto donde y como quisieran sin ser detectados.
Me quedan muchísimas dudas. ¿Fue Bin Laden el culpable? ¿Qué tuvo que ver Irak para ser invadido? No hubo armas de destrucción masiva en la nación de Saddam Hussein, ¿por qué invadieron entonces? Así se irá la vida y no encontraremos respuestas a estos temas.
Después de la ofensiva de George W. Bush y Barack Obama contra Al Qaeda de la cual ya no queda casi nada, sale a la luz un nuevo enemigo más sanguinario y decidido a morir por acabar con todos, ISIS.
La guerra entre occidente y los árabes radicales continúa, la situación sigue siendo la misma. Los afectados siguen siendo los jóvenes que forman parte de los ejércitos a los cuales mandan a luchar por una guerra sin sentido y sin fin.
En fin, son 15 años de aquellos ataques que dejaron al mundo entero con la boca abierta y a Estados Unidos con una pérdida de más de 10 mil millones de dólares y a una población que ya no sabe si creer lo que dicen o marchar sin contemplación a la guerra.