“Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo, honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra, y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor”. Efesios 6:1:4
Comencé con este versículo de la Biblia porque creo que es el que mejor se adapta a la situación vivida este fin de semana cuando un hijo mató a su padre y luego se arrepintió.
En la actualidad vivimos en una sociedad donde ya no existen los valores, ni el respeto por nadie, OJO no solo me refiero a Honduras, sino al mundo en general.
No sé exactamente sus edades, pero estoy segura que la mayoría de todos nosotros se acuerdan la quebrada de boca que nos daban con solo chupar los dientes, no digamos si contestábamos… esa era otra historia.
Es por eso que hoy me estaba preguntando ¿Quién tuvo la culpa? Si yo sé que muchos me van a decir “P… cómo te atrevés a hacer esa pegunta?”.
Y dirán: “Es lógico que ese maldito, desgraciado, mal nacido tiene toda la culpa, se merece el infierno completito”.
Por cómo nos criaron a la mayoría y como estamos acostumbrados a ver la vida, el único culpable es él y nadie más, pero me di la oportunidad de repensarlo y déjenme decirles que él no es el único culpable.
¡Cálmese, no se me salga de la nota y siga leyendo!
Cierren los ojos e imagínense que un hombre independientemente que sea su padre le esté pegando a su mamá una y otra vez, se les eriza la piel ¿verdad?
Vivimos en una sociedad machista donde el hombre piensa que por llevar el sustento a casa, puede hacer y deshacer con la mujer, no se les ha salido de la cabeza que nos pueden ver peor que un objeto.
Aja, y ahora… ¿Quién tiene la culpa?
Y hemos llegado a tanto que nosotras las mujeres no las hemos creído y la mayoría le da miedo ir a denunciar a un déspota de estos por el que dirán o por el hecho de que él es el que me mantiene y ni modo hay que aguantarlo.
La mayoría de mujeres solo se traga el dolor, la impotencia, las lágrimas y todo eso se lo trasmite a sus hijos día con día hasta rebasar y hacer “justicia” por su propio lado.
¿Sigue pensando que Brayan es el único que tiene la culpa?
No lo estoy justificando, por supuesto que tiene culpa, si nos vamos por el lado religioso rompió uno de los grandes mandamientos “Honra a tu padre y a tu madre” o el otro que dice “No matarás”.
Si nos vamos por lo terrenal mató y punto y eso merece un castigo.
Pero este es un problema que va más allá de matar o de reaccionar encolerizado que a todos nos ha pasado.
El problema es que no tenemos educación, ni valores, nos enseñan a que el hombre es hombre y que se tiene que respetar aquí y en la China, que la mujer solo tiene que agachar la cabeza y decir sí, a juzgar por nuestra apariencia que si anda corta es porque es pu…, y hay que pegarle para ponerle en su lugar, a que los hombres no pueden llorar, que la vida se soluciona a golpes, y a nosotros los hijos que nos reprimamos en decir lo que pensamos, porque eso es malcriadeza.
Volvamos al primer párrafo de esta columna Dios que es Dios exhorta tanto a padres como hijos.
Así que ahora dígame usted… ¿Quién tiene la culpa?