Hoy fue un día especial en Comayagua. Mis abuelos Luis Ruiz Leiva y María Estela Lilí Gaekel Cevallos recibieron una condecoración por parte de la Alcaldía.
Don Luis y Doña Estela se casaron en la Catedral de Comayagua el 15 de enero de 1955. De eso han pasado casi 62 años.
Me sorprendió leer la nota con la cual anunciaban que serían condecorados y que solicitaban su presencia en el salón de gala de la Caxa Real.
Decía que sería un honor poder entregar el reconocimiento por considerarlos un matrimonio de trayectoria ejemplar que sirve de modelo para la sociedad hondureña.
Por disponer de una familia fuerte, unidas para la construcción de un tejido social robusto y preparado para lograr una vida armónica y pacífica.
Doña Estela Gaekel y Don Luis Ruiz Leiva junto al alcalde de Comayagua, Carlos Miranda.
Hablé por teléfono hoy por la mañana con ellos, quise felicitarlos por tal reconocimiento, mi abuelo me dijo: “Gracias mijo, estamos muy orgullosos de ustedes (sus hijos, nietos y bisnietos) gracias por llamar. Aquí le paso a su Mamatita”.
Mamatita dijo: “Hola mijo, agradezco su llamada. Agradecida con Dios por este reconocimiento por mi vida, nuestra vida con Luis”.
“El matrimonio es amor los primeros años, después un proceso de adaptación, de aceptar la personalidad de cada uno. De convivir y compartir”.
“Lo más importante es siempre estar con Dios y el himno del amor que dice: El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. Está en la Primera carta a los Corintios.”
Quizá aquí descanse el secreto para mantenerse tantos años juntos. Mis abuelos son lo mejor, dignos hijos de Comayagüa eterno. Agradeceré siempre su enseñanza y la educación que me dieron, no sería nada sin ellos.