La trayectoria de 16 años de Leonardo González en el arte ha cruzado barreras y fronteras. Hace unas semanas presentó su última exposición de pintura de arte contemporáneo en Tegucigalpa, a pesar de que su fortaleza está en el arte objeto, dándole otro significado a los objetos y cambiando nuestra manera de pensar desde un punto de vista antropológico y social.
Este día, Leo estará en Limón Costa Rica en la Bienal Centroamericana en las antiguas oficinas de la United Fruit Company donde presentará un bar en el que cuestiona los gastos y grandes estafas de las bananeras.
La idea utópica de construir el ferrocarril, todos los desvíos de fondos. Cuestiona al estado mismo. A la vez, dentro del bar, se estarán sirviendo tragos a base de bananas con nombres sugestivos de este problema social y económico que se atravesó y aún se siguen teniendo reflejos del desfalco de todo ese dinero.
A pesar de su amplia trayectoria, esta es la primera vez que participara en una Bienal Centroamericana. ¡En horabuena!
¡COMENCEMOS!
¿Cuál ha sido el premio más grande que se te ha otorgado?
Creo que el de la Antología de las Artes Plásticas otorgado por la Cooperación Española. Fui el tercero en ganármelo y apenas tenía 16 años. Era estudiante en la Escuela Nacional de Bellas Artes, era un caso contradictorio por la simple razón de que me invitaban a los eventos internacionales que a mis profesores nunca los habían invitado. Había una especie de riña porque me catalogaban de insoportable y que tenía complejo de niño genio. Ja, ja, ja.
¿Hubo alguien que descubrió tu talento y te impulsó a seguir?
No sé si me descubrieron o no, pero una de las primeras personas que me apoyaron y lo sigue haciendo en la Sra. Bonnie de García en Honduras así como otras personas que no menciono por respeto a su privacidad. Otra de las plataformas que me sirvió para entrar en la escena internacional fue Costa Rica; con el apoyo del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica dirigido por Ernesto Calvo (2005-2008). María José Monge (2008-2009) también de una institución llamada TEOR/éTica (Centro Especializado en Arte Contemporáneo Centroamericano) que la dirigía Virginia Pérez Ratton (QEPD). y que tenía de curadora a Tamara Díaz Bringas, ellos apostaron por mi trabajo y comenzaron a invitarme a exposiciones simposios encuentro a nivel internacional porque en Honduras no teníamos plataforma, le debo mucho tanto a Costa Rica como a estas personas e instituciones.
¿Qué momento vive el arte contemporáneo en el país?
Entra más o menos a principios de los 90’s, pero hace más de 70 años se hacía en otros lugares del mundo, la escena comienza con Bayardo Blandino, Santos Arzú Quioto, Cesar Manzanares, Regina Aguilar, Victor López entre otros. Ahí se empezaron a ver los primeros pasos del arte contemporáneo. Esa escena seguía siendo pictórica y escultorica, bastante modernitas.
Antes de finalizar las decada de los 90’s , Mujeres en las Artes, decidió hacer un taller de jóvenes creadores entre los cuales estaban: Adán Vallecillo, Fernando Cortés, Alejandro Durón, Johanna Montero, Ernesto Rodezno (QEPD) Byron Mejia y tu servidor. El proyecto se llamaba “Arteria”. Luego de eso, nos separamos del MUA y formamos un colectivo que se llamaba “La Cuartería” (Adán Vallecillo, Cesar Manzanares, Fernando Cortes, Gabriel Galeano) tomamos la casa Adán en la Villa Olímpica, y lo convertimos en un espacio de experimentación, discusión y producción.
En este espacio que tenía dinámicas comunitarias con los vecinos del barrio que también eran participes, hacíamos: exposiciones, conciertos, fiestas, cocinábamos, fue una dinámica bastante provechosa y enriquecedora. Recibíamos muchas visitas de curadores, críticos de arte, sociólogos, economista estudiantes. vecinos etc. Hace 6 años atrás dos Artistas Fundaron la EAT (Lester Rodríguez, Lucy Argueta) donde impartían talleres a jóvenes, realizaban: conversatorios, exposiciones e intercambios, entre otras cosas, estas dinámicas, tuvieron como resultado una generación de jóvenes que están comenzando a solidificar su carrera como artistas.
De estos artistas hondureños que me has mencionado; ¿Los consideras influencias personales?
Es muy interesante la percepción. Yo vengo de una generación que se llama “X” y en esos momentos comienza el boom del internet. Como adolescente la información me llegaba un poco más rápido y si te dijera que no tuve influencia de ellos, sería mentiroso.
Uno de los artistas que más influyó en mi trabajo fue Bayardo Blandino. Me sorprendió su trabajo y cuando vi su obra aún no estaba familiarizado con el arte contemporáneo, no es fácil de digerir. Tenés que aprenderlo, es un proceso.
¿Es el arte contemporáneo palpable a la vista?
Sí, se podría decir pero tiende a ser rechazado por la gente. Les da miedo decir que eso es arte y al mismo tiempo les da pena caer en ridículo.
¿Podes vivir del arte en Honduras? ¿O estudiaste Comunicación Social para no quedarte sin empleo?
En realidad estudié esta carrera para diversificarme. No te voy a mentir, es un proceso bastante lento y todavía no se puede vivir 100% del arte. Hay pintores que sí lo han conseguido, hay artistas que no, pero por ejemplo yo estoy con un proyecto que trabajo junto a mi novia que se llama “Culturas” y trabajamos con fondos internacionales que se llaman “Connect Arte” y es una plataforma alternativa audiovisual donde vamos a barrios marginales a enseñarle a los niños o jóvenes en riesgo social a editar vídeos, radio, etc. Les creamos su canal de YouTube para que ellos suban su material.
¿De dónde nace esta iniciativa de proyección social?
Siempre me ha interesado dar clases. Disfruto la pedagogía. El arte me ha dado la posibilidad de viajar a muchas partes del mundo y si tengo la capacidad de transmitir lo que conozco, me hace sentir muy bien como ser humano. En cada una de las residencias que voy a hacer, devuelvo un poco de lo que he recibido. Es un compromiso social y por ejemplo en Las Amazonas hicimos televisión y radio alternativa y en el caso de Valencia lo hacía con niños abandonados de África, Asia y Latino américa.
¿En qué lugar del mundo sentis que aprendiste más?
Hay una frase que dice: “Uno nunca regresa siendo el mismo después de un viaje.” Recién acabo de regresar de Cuba por una exposición y tenía 10 años de no ir y me pareció fantástico. Creo que he aprendido un poco de todo. El mundo del arte a veces es muy frío ya aprendo más de la gente que no pertenece a ese mundo.
¿Crees que esto te inspira?
No creo en la palabra inspiración. Hay un problema con la palabra inspiración; la gente del arte normalmente piensan en ella. Yo lo que hago es una antropología, un estudio sociológico de lo que está sucediendo. Mi trabajo va más enfocado hacia la investigación social e histórica y de lo que está sucediendo en el país o donde esté trabajando.
Por ejemplo, voy para Costa Rica a la Décima Bienal Centroamericana y lo que llevo es vídeo. Una vídeo instalación que trata de las bananeras y el tema del ferrocarril que lo terminamos de pagar hace 10 años después de 120 años de la deuda. Entonces, lo que hago es editar vídeos que he conseguido de San Francisco y por YouTube para así poder vender a la Honduras de los años 30’s y 40’s. Incluir pequeños fragmentos de como las pequeñas empresas bananeras vendían a Honduras en aquel entonces.
¿Qué sigue después de Costa Rica?
Voy para Marruecos. Soy el primer hondureño que invitan a Casa Blanca, Marruecos. Es el 24 de octubre ese viaje. Ahí también presento vídeo sobre la situación de siembra de los bananos está hecha por los paralelos donde la tierra es más fértil, dependiendo de las zonas bajas o arriba del ecuador.
¿Hay mercado para el Arte Contemporáneo en Honduras?
La gente no lo compra aquí. Es muy raro, de hecho yo sólo he vendido dos piezas en mi vida.
¿En qué se basó tu última exposición de pintura?
En latín se llama horror vacui ( ‘miedo al vacío’) se emplea en la historia del arte, especialmente en crítica de la pintura, para describir el relleno de todo espacio vacío en una obra de arte con algún tipo de diseño o imagen.