Con apenas 23 años, Joel Pavón ya nos ha representado a nivel internacional en la disciplina de la halterofilia. Siendo estos Juegos Olímpicos de Río lo último. Es casi una década la que Joel tiene de practicar este deporte. Oriundo de El Progreso, Yoro, finalizó séptimo en el Grupo 7 de estos juegos.
Decidí visitarlo junto a Sergio Montero (nuestro fotógrafo) en el gimnasio de la Villa Olímpica para platicar con el sobre Río y su futuro. Esto fue lo que nos dijo.
¡COMENCEMOS!
¿Hasta hoy comenzas a entrenar de nuevo?
Sí. Regresé muerto de Río, pero vine muy contento.
¿En lo personal, cómo sentiste tu desempeño?
Recordá que estuvimos en dos grupos. El A y el B. Yo estaba en el Grupo B por mis marcas, a nivel olímpico están bastante altas. El rollo es que a veces es bien decepcionante ver tanta gente, potencias en este deporte, que llegan a levantar grandes pesos por medios que no son los mejores.
¿Te referis al dopaje en el deporte?
En estos Juegos Olímpicos hubo mucha controversia por lo que pasó en esta disciplina en Londres 2012. Unos dos meses antes de los Juegos, salieron dopados todos los campeones en todas las categorías.
Rusia, Australia, China, entre otros, salieron con doping positivo y eso es algo que te pone a pensar. Ja, ja, ja, y yo aquí comiendo arroz y frijoles para poder levantar pesas.
Esto no es una excusa porque si estuviera aún más compenetrado con el deporte sé que hubiera llegado más largo, pero para corregir estamos. De los errores se aprende.
¿Cómo te sentiste participando en estos Juegos Olímpicos?
Fueron mis segundos y no me sorprendieron tanto la verdad.
¿Qué te pasa por la mente al momento de competir?
A veces alguna tontera ja, ja, ja. “¿Y si me quiebro el codo? ¿Y si me cae otra vez la barra en la cabeza?”.
¡ALTO! ¿Ya te cayó una barra en la cabeza?
En un Panamericano Juvenil en México. Estaba disputando la medalla de bronce y había apostado $ 200 para ver quién ganaba y con 135 kilos le ganaba.
Habíamos hecho 130 kilos de arranque los dos y al final, peleando el bronce en el último intento me cayó la barra. Me rozó la cabeza y me hizo paste la espalda baja. Caí como acordeón, los paramédicos llegaron y yo pensaba sólo en que ya no podía ganar ja, ja, ja.
Tenía a mis dos entrenadores conmigo, son hermanos. El mayor quería que me levantara, el menor no, ja, ja, ja. Luego pasamos al envión para los tiempos y el menor de mis entrenadores no quería que compitiera pero yo le dije que había llegado a competir y ganar medallas.
Así que con todo y chichote y la espalda trancada, abrí el envión con 170 kilos y terminé con 175 kilos. Me gané los $200 y la medalla de bronce. Al siguiente año, fue mi marca la que ganó.
¿Cómo estuvo la organización en relación a Londres 2012?
Mil veces mejor en Londres. Es más, los Juegos Panamericanos de Toronto parecían Juegos Olímpicos. Increíble la organización. En Londres fue exagerado. Lo que si me gustó es que los lugares de competencia estaban a diez minutos si te ibas caminando de la Residencia Olímpica. Preferíamos eso a esperar el transporte que a veces se tardaba bastante.
¿La delegación hondureña compartió en sus momentos de descanso?
Si, a excepción de Teofimo. Él estaba aparte, aún no sé por qué no quiso vivir esa experiencia con nosotros. Es parte del “feeling” estar en la Residencia Olímpica.
¿Y con los chavitos Sub-23?
Sí. Al principio no. No soy mucho para el fútbol ja, ja, ja, pero cuando se trata de apoyar a la Selección estoy ahí. De hecho, para ese Panamericano Juvenil que fue en México, Honduras jugó contra México y se le ganó. Yo andaba por las calles gritando como loco: “¡Viva Honduras!”. Ja, ja, ja.
¿Cuál sería la parte más bonita de esta experiencia en lo personal?
Llegar a los Juegos Olímpicos nuevamente fue increíble. Antes de competir, estaba muy alegre, animado y emocionado. Después de competir se me quitaron las ganas de estar en Río. Sentir el calor del público fue una de mis partes favoritas. A pesar de haber fallado el primer intento, los gritos de la gente y el apoyo fueron increíbles.
¿Hay Joel Pavón para rato?
No creás, a principios de año me quería salir pero en eso me dijeron de la invitación a los Juegos Olímpicos y me quedé.
¿Qué pasó con los eventos clasificatorios? ¿Por qué vas en condición de invitado?
Si querés llegar clasificado, teés que ir a todos los mundiales que son clasificatorios que te dan puntos. También a los Panamericanos clasificatorios, el Pre Olímpico Mundial, que no pudimos ir por problemas con la Federación, el Pre Olímpico Panamericano donde tenés que ir con el equipo completo y nosotros no lo tenemos.
¿Hubo apoyo por parte del Comité Olímpico Hondureño y de la Federación?
Sí, sí lo hubo. Tuve el mejor apoyo de la mayoría de los hondureños. Tantas personas que me apoyaron, es más; me siguen mandando solicitudes de Facebook, me siguen mandando mensajes y eso fue lo mejor. Lo económico termina siendo lo último. Yo sentía un compromiso con la gente.
¿Crees que lo económico es una excusa por parte de otros atletas para no triunfar?
No es una excusa, porque si es necesario. Cuando estás ahí en la tarima o en cualquiera sea tu escenario, creeme que el dinero es lo último que te motiva.
Lo que te motiva es acordarte de la gente que te está apoyando y no defraudarla. A veces me da miedo, me da temor fallar por mi gente. Son tantos los que me apoyan que no me gusta darle espacio al error. Simplemente no me gusta.
¿Qué se viene para vos en un futuro?
Fijate que me acaban de hacer una propuesta bastante interesante que aún no la puedo comentar, pero creo que me abriría muchas puertas y me dará una imagen. Soy entrenador personal y sigo trabajando en eso. Regresando de Río ya estaba trabajando.
Quiero más medallas, más glorias para Honduras. Lo demás no importa. Lo importante es seguir escuchando el “Tu Bandera..” fuera del país y poniendo en alto el nombre del país. Estoy comprometido con mi país.