El bádminton en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 dejó una historia muy curiosa.
Punto = Grito
Esa es la fórmula que utilizó la badmintonista Carolina Marín, quien sorprendió a todos los seguidores de este deporte.
La española se volvió insoportable para cada uno de sus oponentes, ya que su grito se convirtió en una herramienta para derrotar a sus rivales; ella lo sabía y ese era su objetivo. Algunos fanáticos del deporte llegaron a acusarla de tener una conducta antideportiva.
“Tienes que demostrar que no te vas a rendir para que no piensen que te pueden vencer, para ponerlos nerviosos (…) Siempre analizo a mi rival. Por ejemplo, a las chinas les influye mucho cuando les gritas, porque ven que sigues ahí luchando, que no te rindes. Si no lo haces, piensan que estás apagada y se refuerzan”, afirmó Marín.
La dos veces campeona del mundo, llegaba a la final para medirse frente a la india Pusarla Venkata Sindhu. La española terminó ganando por 2 sets a 1, pero lo curioso fue que el encuentro fue muy parejo al inicio, sin embargo a partir de los constantes alaridos de la española su rival empezó a errar con mayor frecuencia.
Su estrategia causó una gran polémica, cuando pasó de celebrar sus propios puntos a festejar los errores ajenos
Finalmente, la andaluza de 23 años no cambió su actitud y se convirtió en la primera medallista de oro.
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