Cuando decidí tatuarme por primera vez, fue en julio de 2002. Hace 14 largos años de ese momento. En ese entonces tenía 19 años, me llevé de encuentro a mis padres porque nunca han estado de acuerdo con “manchar” los cuerpos por creencias religiosas. Hubo mucho conflicto y muchas discusiones por aquel “dibujo que manchaba mi piel”.
De ese momento, hasta hoy, llevo ya 9 tatuajes en mi cuerpo. Cuando tomé la decisión hace tantos años atrás, sabía que no hay vuelta de hoja. La marca es para siempre y nos acompañará a la tumba.
Siendo de la manera explicada anteriormente. El tatuaje es un arte y decidimos hacerlo en nuestra piel por diferentes hechos que han marcado nuestra vida, ya sea para bien o para mal, como cura para la herida o como recuerdo por la victoria.
Me es totalmente indiferente lo que opinen los demás sobre el arte en mi piel, si nos vamos por el punto de vista religioso; la salvación es propia, no es en pareja o en grupo, es única y exclusiva de cada alma.
Si nos vamos por el punto de vista de la sociedad retrograda en la que vivimos, manchar el cuerpo no solo es con tinta, también es con pecados, por ejemplo: señalar y juzgar por el actuar del prójimo, robar, fornicar, etc. No hay escala de pecados, todos son iguales.
El tatuaje es más antiguo que la misma Biblia, se han encontrado cuerpos momificados con tatuajes, con una antigüedad cercana a los 60 mil años.
Antes de dar paso a mis entrevistadas, inteligentes y dedicadas a su trabajo, debo dejar en claro, que los tatuajes los pago yo. Y que cada quien puede hacer con su cuerpo lo que desee.
En este conversatorio, me acompañaron Jackeline Mejía y Lydia Rodríguez, de una amena conversación, resultó esto:
¿Es un tabú el tatuaje en Honduras?
Lydia: ¡Sí! Definitivo.
Jackeline: Sí. Son un tabú, pero, siento que ahora se está despejando un poco. La gente como que ya está perdiendo ese negativismo a los tatuajes, hay más aceptación.
¿Han sido discriminadas?
Lydia: ¡Sí! No le quieren dar trabajo a uno cuando lo ven tatuado. O en las tiendas o supermercados lo siguen a uno como que somos criminales.
Jackeline: ¡Así, exactamente! No nos han dicho nada, pero, si nos siguen.
¿El tatuaje es arte, moda o rebeldía?
Ambas contestaron en coro: ARTE.
¿Les dicen cosas en la calle?
Jackeline: Aquí le dicen cosas a todo mundo.
Lydia: Las típicas; falta de respeto y jayanada: ¡Que rico esos tatuajes! ¿Tenes por allá? Cosas obscenas que nos hacen sentir mal.
¿Qué estudiaron en la Universidad?
Lydia: Soy Licenciada en Diseño Gráfico y una maestría en Marketing.
Jackeline: Soy Licenciada en Administración de Empresas.
¿Se dedican a sus carreras?
Lydia y Jackeline: ¡Sí! Nos dedicamos a nuestra carrera.
¿Cómo las tratan en su ambiente laboral?
Lydia: Como soy diseñadora, tengo más compañeros tatuados. Los que no tienen, me hacen las típicas preguntas sobre el significado, quién me tatúa, si me dolió.
¿Cuántos tatuajes tienen?
Lydia: Tengo 21.
Jackeline: Tengo 19.
¿Se harán más tatuajes?
Lydia: ¡Claro que sí!
Jackeline: ¡Por supuesto que sí! La meta es llenarnos todo el cuerpo. A excepción del cuello, las manos y la cara. Las pompas tampoco. ¡Ja ja ja!
Lydia: ¡Sí! Eso te iba a decir. Cuello y cara no.
Cuándo tengan 75 años y se vean de cuerpo completo en el espejo. ¿Qué van a decir?
Jackeline: ¡Que vieja tan cool que soy!
Lydia: ¡Seremos viejitas con tatuajes arrugaditos y coloridos!
¿Cuándo tengan hijos los van a dejar tatuarse?
Jackeline: ¡Sí! ¿Por qué no? Hay que hacerles ver que si se lo hacen en un lugar visible, pasas a otra historia.
Lydia: ¡Sí! Siempre y cuando hagas énfasis que si se van a tatuar tienen que estar seguros. Es algo para toda la vida y tienen que buscar un diseño bonito que tenga significado.
¿Qué dijeron sus padres luego de su primer tatuaje?
Lydia: Mi mamá me acompañó a ver el diseño. De hecho Ya se tatuó conmigo una vez. Nos hicimos un matching tattoo (mismo tatuaje los tres) con ella y mi hermano.
Jackeline: Mi mamá nunca dijo nada, me lo hice cuando tuve mi primer trabajo. Con mi primer salario a mis 18 años.
¿A qué edad se tatuaron por primera vez?
Lydia: Cuando tenía 21 años.
¿Qué las motivó a tatuarse?
Lydia: A mí fue el arte. Es bonito andar una pieza de un artista.
Jackeline: Es una forma de expresión a través del arte que llevamos en la piel. Transmitimos cosas que nos gustan, dejamos ver nuestra personalidad, cosas que significan algo para nosotros. Mi magna es oscura, porque mi personalidad es así.
Lydia: Mis tatuajes cuentas historias, me podes conocer bastante por mis tatuajes.
¿Quieren dejar un mensaje final?
Lydia: Las personas mente cerrada e intolerantes deberían ver los tatuajes como arte. Ahora, uno ya no se hace las cosas porque sí o por moda. Es arte.
Jackeline: Las personas intolerantes y mente cerrada, si no les gustan los tatuajes y no están en la piel de ellos, que dejen ser libres a las personas que si nos gustan. ¿Por qué tanto prejuicio? ¿Por qué juzgar?. No solo porque a vos no te guste algo lo tenes que tachar como malo. El respeto es fundamental en todo esto.
¡Gracias por su tiempo!
¡Viva el rock n roll y los tatuajes por siempre en la tierra!
Mirá la sesión de fotos que preparó Sergio Montero:
Jackeline Mejía:
Lydia Rodríguez:
