La calle de las piñatas en la Colonia Alameda de Tegucigalpa se convirtió en el mayor centro para adquirir una, de cualquier figura, ya sea súper héroes, muñequitos y hasta de Jesús.
Todo para ponerle una sonrisa a un niño en el día de su cumpleaños o de cualquier ocasión que amerite reventar una piñata. Fuimos a conocer la historia de cómo nace esta tradición.
Estuvimos con doña Delia Medina en Piñatas Mickey y esto nos contó:
¿Hace cuantos años inició esta tradición de hacer piñatas?
Hace más de 20 años.
¿Cómo se hizo una cuadra entera con negocios de piñatas?
La iniciativa la tuvo una señora de Nicaragua, hace más de 20 años, como le comenté.
El ser humano tiene proyectos en la mente, pero hasta no ver a uno que lo desarrolle, nosotros nos animamos.
¿Recuerda el nombre de la señora?
No recuerdo.
¿Ella les enseñó?
No. Aquí cada quien se animó y aprendimos solos. Ningún negocio, ninguna dueña de negocio anda viendo cómo trabajamos los demás.
Cada quien tiene su técnica, su estilo.
¿Cuál es el proceso para hacer una piñata?
Primero se hace la estructura en alambre. Cualquier figura que sea, debe ser bien armada, bien compactado el alambre.
Luego empapelamos y la piñata no pierde su forma.
¿Qué tipo de alambre usan?
Alambre dulce.
¿Cuánto tiempo tardan en hacer una?
Eso depende del tamaño, la figura.
¿Cuál es la que más le ha costado hacer?
Nos traen diseños tan difíciles. Motos, transformers, tractores…
¿Cuál es su figura favorita?
Ahora ninguna. Pero, cuando comencé la sensación era Barney. Ahora todo va evolucionando.
Barney ya ni lo mencionan. Ahora es Transformers, Peppa Pig, McQueen.
¿Qué precio tienen las piñatas?
Tengo desde 80, 250, 300, 350 y si el estilo es muy sofisticado y difícil cobro 600 Lempiras.
Pero, de 600 Lempiras no pasa.
¿Y ese Cristo que está haciendo, cuánto vale?
600 Lempiras.
¿Con este negocio sostiene a su familia?
Hace muchos años sí. Ahora ya no. Hay que buscar otras fuentes de ingreso.
¿Qué importancia tienen las piñatas en Honduras?
Son parte del Folklore hondureño. No me cabe la menor duda.
¿Tiene alguna anécdota interesante que nos puede contar?
Hubo una que me disgustó y me gustó a la vez. El día de mi cumpleaños encontré una Minnie Mouse gigante, siempre pido que guarden todas las piñatas. Cuando vine de la iglesia la encuentro guindada aquí afuera.
Empiezo a regañar a mi hija. Le pregunto: ¿Y esa piñata de quién es?
Ella me dice: “De una hermana de la iglesia”.
Empiezo alegar con todos. Ya después de alegar como viejita, pregunté: ¿A qué hora van a venir por esa piñata?
Todos empiezan a cantar y resulta que la piñata la habían hecho ellos para mí. Para celebrarme mi cumpleaños.
Me alegró muchísimo de verdad.
¿Quiere dejar un mensaje final?
Que las personas que nos visitan no denigren el trabajo que hacemos. Porque es algo que uno lo hace con cariño y pensando en el niño que será feliz reventando una piñata.
Soy católica y pido que se acerquen a Dios, porque el Señor lo hace todo. De no ser por Él, yo no estaría aquí.
¡Gracias Doña Delia!