Foto de Grupo OPSA
¡Simplemente lamentable!
Este jueves en San Pedro Sula ocurrió un acto que no podemos dejar pasar así como si nada; nos referimos al irrespeto hacia los medios de comunicación de algunos seleccionados nacionales Sub-23 que se preparan para encarar los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Todo sucedió después del entrenamiento dirigido por el estratega colombiano Jorge Luis Pinto. Como es normal, después de cada sesión de trabajo se seleccionan algunos jugadores del plantel para dar declaraciones a la prensa deportiva, algo que sucede en cualquier parte del mundo.
¿Qué sucedió?
- Los futbolistas asignados para atender a los medios llegaron casi dos horas tarde a la cita.
- Jhow Benavídez y Romell Quioto (los elegidos para hablar) atendieron a la prensa casi en la puerta del autobús de la Selección, esto porque iban “tarde”.
- Mientras eso sucedía algunos de sus compañeros le pegaban manotadas al bus pidiendo al chofer que arrancara, es mas, el mismo portero Luis “Buba” López se tomó el atrevimiento de sonar la bocina y mostrar su descontento.
Con la “Buba” no es la primera vez que sucede un incidente como tal, ya en sus inicios con el Real España había mostrado una actitud de defensa, igual cuando regresó del Mundial, donde incluso agredió un camarógrafo, algo que le costó que algunos medios de comunicación le aplicaran la famosa “ley del hielo”, y es aquí al punto donde quiero llegar.
Futbolistas profesionales de Honduras, cuerpos técnicos de los diferentes equipos y directivos de los mismos… Por favor, no muerdan la mano del que les da de comer.
¿Qué sería del fútbol profesional sin los medios de comunicación?
…
Es cierto que la prensa no le paga a los jugadores, a los técnicos o a los directivos por realizar su trabajo, así que eso de “darles de comer” posiblemente sea una frase que no esté bien utilizada, sin embargo la meto en el rodeo porque los medios son un pilar necesario para el desarrollo de una empresa, y es así como debe verse un equipo de fútbol.
Las diferentes marcas comerciales pagan por poner su logo en la camisa de algún club o por poner algún mensaje dentro del estadio, esto con el objetivo de que los medios de comunicación puedan captar los mismos y así llegar a diferentes personas del país, así que todo forma parte de un ciclo, es mas, nosotros (los periodistas) también formamos parte del mismo, ya que sin los protagonistas (los futbolistas) no hay noticias y sin ello no comemos como se dice popularmente.
La frase “No muerdas la mano del que te da de comer” también aplica para los que laboramos en medios de comunicación, es por ello que tratamos de ser respetuosos en todo momento con los futbolistas, técnicos y directivos, aunque tenemos que aceptar que no todos somos iguales.
Lo que pasó este jueves en San Pedro Sula solamente es parte de todo lo que sucede a nivel nacional, donde la prensa deportiva suele ser despreciada por algunos protagonistas dentro del campo futbolísticos, algo que sinceramente es inexplicable.
Sé que las comparaciones son tediosas pero son un mal necesario; en países como México, Estados Unidos o en todas las Ligas Europeas el periodismo deportivo tiene un lugar importante, ya que allá si conocen el gran valor que tienen para el crecimiento de cada club.
Los aficionados deben estar informados, deben conocer la actualidad de su equipo en todo momento y eso a la larga genera cariño; el problema es que dichas noticias lleguen de vez en cuando, como si vieras a tu novia dos o tres veces por semanas, como dicen por ahí: “Se apaga la llama”.
Por ejemplo los dos equipos capitalinos (Olimpia y Motagua) tienen días específicos para atender a los medios de comunicación, algo que definitivamente debe cambiar. En España incluso hay medios que transmiten los entrenamientos de los clubes en vivo y eso genera un millón de cosas positivas, sin embargo parece que eso no se podrá entender a nivel local.
En fin, esperemos que ese tipo de incidentes desaparezcan en nuestro país, todos merecemos respeto y lo que hicieron ayer algunos seleccionados fue algo lamentable, pero bueno, allá ellos.