El sonar de una guitarra y la melodía de un instrumento de viento que eran acompañados por un par de versos que decían algo así, “Si tuviera fe, como un granito de mostaza, eso dice el señor, yo le diría a la montaña…”, mientras caminaba la alegría y el entusiasmo de este músico era mas que reflejado por su rostro.
Pasos de baile, canto, guitarra y flauta boliviana son los atractivos de Walter Flores, un hondureño de veintisiete años de edad egresado de la Escuela Nacional de Música que decidió evangelizar a la gente que transita en cualquier plaza de las que él toma el control.
Su misión es evangelizar por medio de sus cantos y pasos, el dinamismo y movilidad es un punto muy detonante para los transeúntes, de fondo suena un canto que alegra el alma y sana heridas como dice el evangelio.
¿Por qué dedicarte a esto y no a otra cosa?
Mi hermano, este es el llamado que he tenido de Dios, mi misión en este lugar es alegrar a los que caminan con algún problema, así como me han visto vendiendo minutas, palomitas, haciendo figuras de alambre, así mismo evangelizo por medio de mi talento.
En más de una ocasión el aire le hizo falta, pero el entusiasmo por querer alegrar el día de más de alguno no hizo falta en este hondureño.
¿Crées que tus cantos alegran el día de los que pasan?
Claro, claro, hay gente que pasa aturdida y se acercan a mí y me dicen que Dios me puso en esta plaza para darles un mensaje, yo no vengo aquí a gritar ni nada, la palabra dice que cuando Dios cierra una herida esa no vuelve a sangrar.
¿Donde pueden encontrarte?
Plaza Central, peatonal, UNAH, Pedagógica y ahorro para irme a Valle de Ángeles los fines de semana.
“Yo le diría a los enfermos, sánense sánense, sánense, si tuviera fe como un granito de mostaza, eso dice el señor…”
Walter termina como todo un artista cada canción y la remuneración es en aplausos y dinero, dos, cinco, diez, veinte, no hay cantidad exigida el solo viene a regalar su talento.