Año 1998. Yo tenía la edad de ocho, y recuerdo el sonido del agua que golpeaba una lámina curva y se desviaba hasta el solar de mi casa.
Los truenos y relámpagos eran como si estuviéramos en una película, y las noticias relataban la misma historia en diferentes zonas de nuestro territorio.
Las aguas parecían malteada de chocolate y lo inundaban todo y llegaban hasta la cuesta “El Centavo”.
Ahora que el presidente Juan Orlando Hernández ha anunciado que este año podría haber uno o dos fenómenos similares al Micth, el temor entre la población, especialmente la que vivió en carne propia el desastre de 1998, se incrementa.
Y se nos viene a la mente esta canción de Remolino.
“Huracán Mitch eres un malvado, eres un maldito, eres un desalmado, mira cuánta gente has dejado en la calle solo porque, por mi país tú has pasado… Era un domingo con un gran sol cuando a mi país entraste como un ladrón…”
Las avenidas de Comayagüela quedaron inundadas y las pertenencias de todos los habitantes pasaron a ser historia pues las aguas del río Choluteca hicieron de las suyas al momento de salirse de su caudal.
Los vendedores y propietarios de los mercados capitalinos -una de las zonas más golpeadas por Mitch-, nos compartieron sus experiencias y contestaron nuestra pregunta.
¿Qué recuerdan del Mitch?
Norma Canales fue víctima del Mitch. Con 30 años de estar en estas calles asegura que ella y sus compañeros no están preparados para que un fenómeno de esta magnitud toque el territorio y en especial los mercados. “Aquellos días fuero terribles porque lo perdimos todo”, dice.
Con cuarenta años de vender en este territorio, Martha Mejia se siente preparada para evacuar a sus familiares y su mercadería que es el sustento de vida. “Aquí la gente es chancha y nos llenamos de agua porque no levantan su basura”, dice.
Nohemy Herrera nos comparte que “A Dios nadie lo manda, hijo. Perdí todo con Kitch porque me confíé que el agua no iba a llegar hasta aquí arriba, pero ahora ya me siento preparada para salir corriendo con mis cositas si viene algo como el Mitch”.
Dominga Reyes. Fue otra víctima de este fenómeno devastador que le llevó hasta lo último que tenía en su puesto de trabajo. “Si nos avisan con tiempo no pasa nada”, dice.
Y así como ellas, miles de personas recuerdan como si fuera ayer el día en que Mitch destruyó el país.
FOTOS/ SERGIO MONTERO