Cuántas veces hemos dicho; “No puedo, ya no doy más”. En lo personal una infinidad de veces he retrasado proyecto tras proyecto por cansancio, por razones que no vienen al caso.
¿Se imaginan una persona con discapacidad? Su diario vivir, su lucha constante contra la injusticia y aún así estudiar. Sí, estudiar. La discapacidad es una condición, no una enfermedad y eso es lo que está plasmado en la vida de Gracia María Zepeda.
Hoy les presento a una nueva amiga, a una joven de 25 años, profesional del Derecho (graduada magna cum laude) que me recordó que no debemos cuestionar las bondades y limitaciones que Dios nos ha regalado, a trabajar incansablemente y a no abandonar nuestros sueños.
Porque cuando el deseo y la fe está por encima de todo; ¡Nada es imposible! Si esta historia de vida no los inspira, no sé qué podría hacerlo.
Conozcan a Gracia María.
¡COMENCEMOS!
¿Quién es Gracia María fuera del ámbito del Derecho?
Soy una joven que me encanta tener amigos, que ama la música. Me gusta cantar, pero cuando estoy sola. Ja, ja, ja. También con mi padre, porque el es maestro de música y él me enseñó a identificar canciones sólo con el tarareo. En mi tiempo libre a través de una metodología especial me encanta leerla. Me gusta ayudar a los demás y sobre todo amo la justicia y a las personas con discapacidad.
¿A qué tipo de justicia te referís?
Que a todos se nos vea por igual. No porque yo sea negra y vos blanca, yo me tenga que ir fuera del lugar de los blancos. A un rincón. Se trata de incluirlos y relacionarnos todos. Debemos amarnos a nosotros mismos primero y aceptarnos como somos para que nos acepten. Quiero favorecer al más débil, a todos aquellos grupos que se encuentran segregados social-mente. Adulto mayor, personas con discapacidad, la comunidad de diversidad sexual, etnias.
En lo personal; ¿Has tenido problemas de aceptación?
Yo pienso que he tenido experiencias positivas. Acepto que tengo una dificultad, que tengo ciertos límites para realizar ciertas cosas y que dependo de personas o del acompañamiento de mis padres. Sin embargo, se que no es imposible que llegue a lograrlas.
A lo largo de tu carrera universitaria; ¿Te encontraste con limitaciones mayores?
Mi discapacidad no es más que una condición diferente, pero como ser humano soy igual a los demás. Tengo virtudes, defectos y cometo errores. Así como he tenido mis triunfos, he tenido mis bajas. Soy un ser humano normal.
¿Cómo fue la experiencia en las aulas de clases?
Para empezar fue una odisea; ¡No fue nada fácil! De entrada recibí una discriminación brutal, debido a que mi madre me acompañaba a clases.
Ella trabajaba de día e íbamos a clases de noche. Al estudiar yo, estudiaron mis padres también. Mi papá me iba a dejar y se quedaba en el carro esperándome en muchas ocasiones hasta las 9 de la noche que terminaba clases.
En la Universidad cabe mencionar que fui la única en graduarme Magna Cum Laude. A nivel de carrera, quedé en segundo lugar y no fue fácil pero lo logré.
¿Qué clase te dio más guerra en la U?
(Suspira) ¡El inglés!
¿No te gustó?
No, no fue eso. Es por la metodología de aplicación de exámenes especialmente para mi. Mis exámenes son normales, como cualquier alumno. Con la diferencia que a mí me los hacen de manera oral. El maestro me pregunta, yo contesto y el escribe por mí. Imagínese elaborar una oración en la mente y decirla, jamás es lo mismo que escribirla.
¿Por qué escogiste estudiar Derecho?
Porque fui orillada por la excesiva discriminación que yo recibí dentro de la Universidad y porque es una carrera muy noble, al servicio y disposición de la sociedad. Ya estoy cansada de los atropellos e injusticias que a diario las personas con discapacidad tenemos que vivir. Si no hay nadie que nos defienda y yo lo pueda hacer; lo voy a hacer cuantas veces sea necesario.
¿Qué tipo de discriminación sufriste en la Universidad?
Verbal. Fue una profesional de la Psicología, catedrática de la Universidad. Ella me dijo:
“¿Qué venís a hacer vos aquí?”
Gracia María: “Lo que todo mundo viene a hacer a la Universidad; a estudiar:”
Lamentablemente ella me contestó:” Y vos crees que vas a aguantar con una Licenciatura de 4 años?”
Gracia María: “Sí, porque tengo la voluntad y creo en Dios, tengo a mis papás y creo en mi misma.”
“¿Y no te va a dar vergüenza que pase el tiempo y todos tus compañeros se gradúen y vos sigas aquí?”
Gracia María: “No, porque sé el potencial que tengo y de lo que estoy hecha. Si quiere saber quien soy; pruebeme.”
Qué pasa si te encontraras a esta Licenciada hoy en día; ¿Qué le dirías?
La verdad nada. Yo tengo mi discapacidad, que es mi condición. Ella tiene algo peor, porque está enferma de su corazón. Ella no se acepta a sí misma. Al no aceptarse, no acepta a los demás y viceversa. De hecho, después de todo eso, en último año me la encontré y no fue capaz de hablarme. Sólo agachó la cabeza cuando me vio.
¿En cuánto tiempo sacaste la carrera?
4 años y medio. Te voy a contar, que a raíz de ese problema, yo me hubiera graduado dos años atrás. Hubo un año y medio en el que me tuvieron condicionada sólo con 2 clases.
O sea que la Universidad se puso del lado de la catedrática…
Correcto, de su lado. Decían que si yo metía más clases, me iba a causar un daño psicológico. Yo le dije a mi mamá, yo vengo a estudiar con mi cabeza y no con mis piernas. Mi limitación está en mis piernas, en mi cuerpo. No en mi cabeza. En el 2011, sólo pude sacar 8 clases. Lo que nosotros fuimos haciendo en el 2012, al suave fui metiendo 3. 2013 metía 4 clases y en el 2014 saqué 5 por período. Así fue como terminé mis clases en diciembre del 2014.
¿En qué orientaste tu tesis?
El enfoque era la situación de las personas con discapacidad.
¿Ya estás trabajando?
Sí, trabajo en la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social a través de la Dirección de Discapacidad.
¿En qué te desempeñas?
Técnico en capacitaciones. En otras palabras, mi rol se basa en reunirme con las diferentes empresas y Secretarías Gubernamentales para formar alianzas para fomentar la inclusión tanto laboral como educativa. Esas son las mayores debilidades que hemos tenido en años atrás en nuestro país. A nivel educativo, de un 95% de niños y jóvenes en edad de escolaridad sólo el 2% tiene acceso a el, pero hay muchas escuelas que no tienen accesibilidad para las personas con discapacidad. A mi papá le tocaba subir 20 o 30 gradas conmigo en peso para llegar a las aulas. Eso ya no puede suceder.
¿A dónde aspira llegar Gracia María?
¡Uyyy! A muchos lugares. Anhelo sacar una especialidad de Derechos Humanos para personas con discapacidad. Anhelo ser juez de lo civil. Me encanta el área civil. También escribir un libro contando mi historia. Bueno, un montón de cosas ja, ja, ja.
Yo ahora pienso en las futuras generaciones, aquellos que se enfrentan a un sin número de obstáculos para llegar a una escuela. Un niño que no puede caminar no tiene silla de ruedas, un joven que es ciego no tiene un bastón para poder guiarse. Pienso en ellos y en los de tierra adentro que están en el olvido, recluidos en un cuarto. Donde su paisaje no son más que 4 paredes. Ya esto no puede seguir así. La discapacidad no es un castigo, mucho menos una enfermedad. Es una condición.
¿Qué te dicen tus amigos al ver lo largo que has llegado hasta ahora?
Mis amigos me quieren mucho. No es por presumir, pero si soy bastante famosa, ja, ja, ja. Soy bastante conocida. He dado guerra por el sector discapacidad y lo seguiré haciendo hasta donde Dios me lo permita.
¿Cuál es tu secreto Gracia María?
Jesucristo como primer paso. Como segundo paso, tengo en mi espíritu que una silla de ruedas no me va a impedir llegar hasta donde yo quiera. Un bastón no me va a impedir llegar a ser Presidente de la República. Creo en mi misma y tengo identidad. Se quien soy y sé de lo que soy capaz. Al mismo tiempo, sé cuales son mis debilidades. Mi debilidad más fuerte es la motora, la física. Yo tengo mi espíritu, creo en Dios y en mi misma. Ese es el secreto. Después de creer en Dios, creer en uno mismo y conocerse.
¿Te gusta ver deporte?
(Interrumpe su padre) Es novelera, ese es el deporte de ella. Ja, ja, ja.
No lo puedo negar, si me gustan las novelas pero cuando estoy desocupada ja, ja, ja.
“La vida es linda. Uno tiene que aprender a vivir la vida tal y como el señor se la da. El sabe por qué y con qué propósito el lo tiene en las condiciones que lo tiene. Yo no tomo mi condición como un castigo, yo lo tomo como una decisión de Dios.”