“Hoy voy a morir”: hondureño sobreviviente de atentado en bar gay

“¡Bum, bum, bum, bum, bum!”, retumbaron los primeros disparos, que al principio confundió con el ritmo de la melodía, “The last dance”.

“Casi como el sonido de fuegos artificiales”, relató a Univision Noticias, Ramsés Tinoco quien se hace llamar Anubis, el hondureño sobreviviente de la masacre en la discoteca de Pulse.

“Pero las detonaciones se incrementaron, se acercaban. Los vidrios del local se rompían uno tras otro mientras una estampida humana crepitaba desde el interior, desesperada por salir del lugar”

Este es el relato que hizo un hondureño que sobrevivió a la masacre más grande de los Estados Unidos después de las Torres Gemelas

Omar Mateen, un ciudadano estadounidense de 29 años, entró a la discoteca Pulse con un rifle semiautomático estilo AR-15, un revólver y municiones, y le disparó indiscriminadamente a los asistentes. 49 personas murieron, otras 53 resultaron heridas, algunas se encuentran en estado crítico.

“Me tiré al piso, comencé a arrastrarme. La gente gritaba ‘¿Qué pasa? Por favor, vámonos. ¡Auxilio!’. Había gente ensangrentada por todas partes”, continuó Ramses.

“Me arrastraba y me arrastraba, y pensaba: ‘Hoy voy a morir’”.

“Continué sin mirar atrás, corría hasta que me di cuenta de que me faltaba un amigo y me regresé”.

Gracias a Dios pudieron salir los de ese infierno, donde se refugiaron en una gasolinera se abrazaron y se pusieron a llorar y al mismo tiempo que lloraban se revisaban si estaban heridos o no.

“Pulse era como mi otra casa, todos los que vamos son como mi familia”, cuenta Ramses, quien ha asistido al club gay desde hace dos años, “siempre todos los sábados, siempre al mismo lugar”, dijo.

Pero así mismo dijo que no se a a dejar amedrentar por estos grupos o personas llenas de odio.

“Pero no voy a dejar de salir, y en cuanto decidan abrir de nuevo el Pulse voy a volver. No voy a dejar que me amedrenten, que un hombre enfermo de la cabeza detenga mi vida”.