Y es aquí donde se cumple el dicho que “la felicidad se encuentra en los pequeños detalles”, y para reafirmar este dicho se encuentra Sebastián Sierra de tres años.
Mis compañeros y yo estábamos sentados en plena plaza Los Dolores recordando nuestra infancia, cuando nuestros papás nos llevaban ya fuera porque tenían que hacer mandados por esos rumbos o para ir a desayunar baleadas.
Todos contábamos nuestras historias y anécdotas, unos salíamos corriendo como que si nunca nos habían sacado dando vueltas por toda la plaza, otros como yo, nos encantaba mojarnos los zapatos en los chorritos que hay ahí, obviamente después era fijo macaneada.
En eso miramos un montón de palomas que volaban de un lado al otro, revoloteaban, e inmediatamente nos llamó muchísimo la atención, porque no sabíamos por qué tanto alboroto.
Era un gran hombrecito que andaba con una camisa color gris que se confundía entre las palomas, un jeans y unos tenis que tiraban luces (muchos tuvimos este tipo y era motivo para alucinarlos).
Andaba con una bolsa de semillas.
Ese es el motivo de tanto alboroto, Sebastián corría de un lado hacia el otro tirando las semillas para que las palomas comieran.
Cada vez que lo hace se tira unas carcajadas que hacen eco con el revoloteo de las alas.
Nancy Martínez, quien es su mamá, lo observa con una cara de felicidad que nadie la puede opacar, ella es parte de todos los que también están viendo el espectáculo de la felicidad.
Este niño no tiene preocupaciones algunas, peor amarguras o resentimientos, el vive su felicidad y punto, muchas veces nosotros tenemos que volver hacer como niños, sin importar lo que piensen los demás, ser feliz y punto.
La felicidad no se encuentra en las cosas materiales, la verdadera felicidad se encuentra disfrutando las pequeñas cosas que se convierten en grandes recuerdos, lecciones o como lo quieran llamar.
“Le encanta que lo traiga aquí a darle de comer a las palomitas” dijo la madre.
En la otra esquina estaba una niña que quedaba viendo con ojos de yo quiero estar ahí, poco a poco se fue acercando, ustedes saben se acuerdan de niño s lo hacíamos, hasta que se logro meter en el espectáculo.
Ella no andaba bolsas con semillas pero Sebastián compartió algunas con ellas.
El escenario fue la Plaza los dolores y el maestro el gran Sebastián, que lección!!!
¿Aprendimos?
