La tierna foto del payaso que carga a su hijo

No hay sonrisa en su cara. Tampoco luces de circo que iluminen sus actos, ni butacas llenas de público. Lo que hay en su cara es una mirada de ternura. De amor, mientras carga en sus brazos a su hijo.

Alguien le toma una foto desde un vehículo en marcha.

Y capta la imagen.

El payaso.

Y el niño…

Veo la foto y se me vienen a la cabeza las palabras que mi hija Paulina me decía anoche: “Te amo, papa”, sin tilde en la última “a”.

Y mi reacción es la de siempre, tragar, suspirar y responder con el tono más bajo y más suave para que no se me quiebre la voz: “Yo también te amo, princesa”.

Mientras eso pasa, yo también la abrazo -como el payaso a su pequeño-, y pienso que estaría dispuesto a darlo todo por ella y por mi hijo Lucas.

Quizá ella no se imagina nada de esto, pero aquí sí se los puedo contar: yo daría todo por mis hijos, corazón por corazón si fuese necesario.

En eso pienso cuando veo esta imagen en el Facebook de Luisito Almendares, un periodista de Comayagua que no está dentro de mis contactos, pero que alguien de mis amigos en la red dio Like a la publicación y me apareció.

Él escribió esto:

Un padre es capaz de cualquier cosa por sus hijos, bendito padre contempla su hijo dormido, su cara pintada de payaso frente a un semáforo, ganándose la comida para su angelito…” 

No sé dónde se hizo la foto, espero que Luis Almendares vea esta publicación y nos cuente más sobre esta historia.  

¿Qué me deja esta imagen?

Que jamás debemos avergonzarnos del trabajo honesto, de ese que se hace con el corazón para darle lo mejor a los hijos.

Esta vez, el payaso no me hace reír, sino que me conmueve profundamente. La pintura en su rostro oculta tristezas, sueños, amarguras, esperanzas… Lo cubre casi todo. Menos el brillo de amor por su hijo.