Las palabras se quedan cortas, porque la garganta se inflama de tanto gritar. Olimpia conquistó su copa 30.
Un récord insuperable, algo insólito, su seguidor más cercano, es el Motagua con tan solo 13 copas.
Olimpia es un sentimiento, la alegría de todo un país que sufre los embates de la pobreza y la corrupción, Olimpia es un fenómeno social que une a las masas. Hace muchísimo tiempo no veía el Estadio Nacional tan lleno como ayer.
Probablemente más de 30,000 personas gritando: “El que no salte no es Olimpia…” y todo un país siguiendo muy de cerca la transmisión por radio y televisión del equipo de la mitad más uno del pueblo hondureño.
Me llamó mucho la atención la publicación de una foto que hace Nación Olimpista en su Facebook, donde está Kevin Álvarez subido en la cerca que separa la cancha del tendido popular, para ser exacto, sol sur, donde se coloca la Ultrafiel. Esa imagen encierra todo el sentimiento que un jugador puede sentir por la camiseta del equipo que representa, esa imagen no es más que el agradecimiento sincero y de corazón de un jugador que ama su club y que aparte de ser un jugador, también es un hincha más.
Kevin es un hincha enfundado en la camiseta del Olimpia. Los demás se preguntaran que tiene de relevante, pues eso, el sentimiento que siente por la institución que representa. Demuestra que se divierte jugando y que el pago al final de mes, no es más que una recompensa por jugar con la camiseta del club más grande y exitoso que ha visto la historia en Honduras.
Necesitamos más jugadores como Kevin, comprometidos y entregados a una institución.
¡Cómo no te voy a querer, como no te voy a querer …!