Mamá: Es una palabra de cuatro letras, muy pequeña, pero imposible de describir. Cualquier significado siempre se va a quedar corto.
Es amor, comprensión, ternura, disciplina, en fin.
Hoy quiero tratar de describir un poco lo que significa esta palabra.
OJO: es mi concepto. Mamá es esa que llora de alegría cuando la prueba de embarazo sale positiva, la que nos canta o nos habla cuando estamos en el vientre, la que cuenta los días para tener a su más preciado tesoro en los brazos.
También es la que vuelve a llorar cuando nos ve por primera vez, no importando las 48 horas de labor y parto que tuvo, es esa que anda con una ojeras tremendas por estar pendientes de si no necesitamos nada pepes, pañales, un abrazo etcétera.
Esa que cuando vamos creciendo y nos caemos, nos limpian y nos dicen “sana sana colita de rana que si no sana hoy sanará mañana”, la que luego se quita el bocado si es necesario para darnos de comer.
Otros tal vez no creen en los deseos pero su aspiración es llegar a ser la mitad de lo que es su mamá, es por esta razón que les celebramos hoy con regalos, almuerzos, viajes, tarjetas, muchos abrazos, y besos las apapachamos y lo que ustedes quieran.
Todos los días les debemos celebrar a las madres no con regalos, sino que con abrazos y devolviéndoles un poquito de amor del que ella nos dan, eso es el mínimo que nosotros como hijos podemos.
PERO no todos los hijos tiene este concepto de mamá, al contrario, han dejado a su mujer maravilla olvidada en un asilo.
Este es el caso de Dalila Pérez, una madre que tuvo tres mujeres y dos varones, y a pesar de que dio la vida por sus hijos, para ellos no fue suficiente.
Dalila fue abandonada y desde los 37 años de edad ha pasado más de una vida -ya que ahora tiene 64- y en todos este tiempo nadie la ha visitado en decirle un feliz cumpleaños, un felicidades mamá, ni tampoco un feliz navidad.
Ella es originaria de Tela Atlántida y a su 37 años le diagnosticaron un cuadro de desorden mental, desde que sus familiares se dieron cuenta esto fue suficiente para abandonarla.
En sus momentos de lucidez doña Dalila nos dice que “Nunca volví a saber nada de mis hijos, no sé si tengo nietos, o si todos mis hijos están vivos, pero aun así los amo”.
A la necesidad de recibir ese amor de hijos comparte su tiempo costurando y divirtiéndose con sus “hijos” (Son cinco peluches, que ese día los tenia castigados, no los dejo que se tomaran la fotografía).
Su itinerario es levantarse todos los días a las 5:30 de la mañana bañarse y ponerse muy guapa sus mejores galas, maquillarse con un poco de rubor y ponerse sus joyas (hechas de plástico que son donadas por iglesias u estudiantes).
Y de ahí se sienta a esperar a sus hijos que según ella van a llegar para sacarla del asilo San Felipe y poder pasear, pero ese sueño se trunca día con día porque, por más de 30 años nunca se ha cumplido.
La directora del asilo San Felipe, Roxana Araujo, dice que “Dalila ha estado la mitad de su vida en el abandono, no hay nadie que la venga a visitar”.
Sin duda esta es una madre muy especial porque a pesar de ser una madre abandonada por sus hijos no les guarda rencor, y doña Dalila hoy nos amplía el significado de mamá.