Hay legados históricos que la vida nos permite ver, de cómo el ejemplo de un padre, se transmite a los hijos y hacen que él trabajo, la dedicación y el esfuerzo calen hondo en el camino de sus pequeñines.
Este es el caso de aquel legendario portero del Manchester United y de la selección de Dinamarca, Peter Schmeichel. Aquella leyenda que se vestía de verde y ahuyentaba a sus rivales con su carácter, con su físico imponente, aquel que tenía un nudo en la garganta por ver perder a los Diablos Rojos en la final de la Champions League 1-0 frente al Bayern de Lotthar Matthäeus, pero, que el fútbol le cambio lágrimas de tristeza por alegría, debido aquella remontada histórica en 2 minutos. Y así el Man U ganaba la Champions 2-1.
Hoy, la vida le regala a Peter, una historia única, la de su hijo, la de su pequeño Kasper, arquero del modesto Leicester City, que el domingo podría coronarse campeón en el Old Trafford, aquel templo futbolístico que tantas alegrías le dieron a Peter, casa de aquellos hinchas que coreaban su nombre y que aún guardan su figurita en el respaldar de la cama.
Leicester puede hacer historia, por el bien del fútbol, del amor de padre a hijo, de hijo a padre, con el Old Trafford de pie, aplaudiendo a un histórico Leicester y la leyenda Schmeichel, fundido en un abrazo eterno con su pequeño Kasper.