Mi encuentro con la REINA SOFÍA y su cajita de cebollas

Más de alguna vez me imaginé qué pasaría si un día me encontraba con una PRINCESA. Y me ponía a pensar qué le diría, cómo la saludaría…

Esto era un pensamiento vago y muchas veces hasta estúpido en que algún día me iba a topar con una princesa, pero bueno, bien dicen que las cosas pasan cuando menos te lo esperás.

Iba caminando por Hospimed, justo en la calle de comercio de la colonia Kennedy como las 10:00 am con un sol que mordía.

Como les dije… ¡Es la calle del comercio y hay puestos por todos lados!

En eso reparé en un puesto de verduras en el que estaba una PRINCESA trigueña, pelo castaño, unos ojos expresivos que a cualquiera enamoraba y un vestido de jeans que era más grande que ella.

Pero ALTO: esta PRINCESA no era como me la había imaginado, pues no tenía corona ni nada que adornara su cabello. Bueno, su poco pelo.

No tenía un vestido pomposo, tampoco guantes con diamantes que cubrieran sus delicadas manos.

SOFIA_RADIOHOUSE (15)

Ni joyas. Lo único que andaba eran unos aritos súper pequeños, que me imagino que se los pusieron al nacer. No estaba sentada en un trono, sino sobre el piso de tierra.

A su alrededor no había estatuas bañadas en oro ni sirvientes a su disposición. Lo que tenía a su alrededor eran canastos de verduras de cebollas y a su mamá, que la consiente como una verdadera PRINCESA.

No tenía tacones, porque ni al baño puede ir sola. Sofía, es una bebé de 11 meses que se levanta con su madre, Jazmín Torres, a las cuatro de la mañana para estar al pie de la bandera. Siempre anda pañales.

SOFIA_RADIOHOUSE (29)

Debido a la situación económica, a Jazmín le es muy difícil pagarle a alguien para que le cuiden a su hija. Es por eso que se la lleva al puesto que ella tiene y juntas están allí al menos once horas al día.

En ese momento recordé las preguntas que me imaginaba que le haría a una PRINCESA. Y déjenme decirles que nada de eso fue como me lo imaginé.

¿Qué le diría?: Probablemente Majestad.

¿Qué le dije?: Hola, PRINCESA bella.

 

Otra de mis preguntas era si mi vestimenta sería la apropiada para ese acontecimiento. Me imaginaba un vestido largo de encaje y el pelo recogido con un moño extravagante.

¿Cómo andaba?: De jeans, camisa y tenis. Vale más que la PRINCESA andaba en pañales. Eso hizo que no me sintiera fuera de lugar.

Me pregunta si me haría caso o no. Y yo misma me respondía que a lo mejor no. Después de todo, se trataba de una PRINCESA.

¿Y qué pasó? Solo le dije “Hola, Sofi”, e inmediatamente me tiró los brazos, así que tuve el privilegio de chinearla y compartir unas cuantas carcajadas.

SOFIA_RADIOHOUSE (17)

Después de todo este acontecimiento me pregunté si verdad había conocido a una PRINCESA.

Y me respondí: “Ella no es una princesa… Ella es LA REINA SOFÍA”.