Eran exactamente las 11:10 de la noche del miércoles 13 de abril de 2016 en Honduras cuando Kobe Bryant terminó su último discurso como jugador de Los Lakers de Los Ángeles con un “Mamba out”.
Mamba fuera.
No hubo drama en su discurso. Tampoco lágrimas. Se fue casi con la misma frialdad que tanto se le criticó.
Pero unos minutos antes, en la cancha, sí hubo drama y un show memorable al puro estilo de LA MAMBA NEGRA: nada menos que sesenta puntos para guiar a Los Lakers a un mega emocionante triunfo de 101 a 96 sobre Utah Jazz.
Admirado por muchos, pero también odiado incluso por una parte de su misma afición por su forma de ser distante y poco carismática, Kobe, sin embargo, se ganó el respeto de todos como uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA.
Solo para dar algunos datitos: ganó cinco anillos de campeonato, estuvo 18 veces en el Juego de Estrellas y es el tercer máximo anotar en la historia de la NBA, solo superado por Kareem Abdul-Jabbar y Karl Malone y muchos ex compañeros como Shaquille y Lamar Odom (que se le escapó a la muerte por un pelito).
¿Habrá que agregar algo más?
“Estamos aquí para celebrar la grandeza de 20 años, la excelencia de 20 años. Kobe Bryant nunca subestimó el juego, nunca desestimó a los aficionados, jugó con lesiones, dañado, y tenemos cinco campeonatos”, dijo el legendario Magic Johnson durante el homenaje.
Si piensas en esta ciudad en los últimos 20 años, este tipo fue la mayor celebridad. No es sólo un gran e increíble deportista, sino que es mejor que vistió de oro y púrpura -agregó.
Kobe, de 37 años, se lució en su último partido ante un Staples Center repleto y con la presencia de actores y cantantes, entre ellos, Jack Nicholson, Snoop Dogg y Jay Z.
Hablar de los números de Kobe es para nunca terminar. Mejor resaltaremos que su discurso fue breve, sin pasión, casi por compromiso.
“Los llevo en lo más profundo de mi corazón”, les dijo a los aficionados. “Hombre, parece mentira que han pasado veinte años. Soy fanático de Los Lakers desde que era un niño, me sabía los nombres y estadísticas de sus jugadores. Jugué con los colores de este equipo… ¿Qué más puedo pedir?”.
Aunque hubo aplausos y gritos en las graderías, no fue nada abrumador.
Kobe agradeció a sus compañeros, a su esposa (a la pobre le puso los cachos hace un tiempito), y a sus dos hijas.
Y finalizó diciendo “Mamba out”. Puso el micrófono sobre la duela y se marchó.