Los protagonistas de esta hazaña de prender fuego en la cancha y jugar con un balon forrado en llamas fueron los freestyler Andrew Henderson y Melody Donchet, junto con su asistente Joltter, se utilizaron al menos 20 pelotas, quemaron 200 kilogramos de propano y se expusieron a un grave riesgo cada segundo. La temperatura de los balones ardientes alcanzó 1.000 ºC.
Una hazaña que no se debería intentar en casa, en el vídeo se puede notar como se le da forma a la cancha con metal forrado de material inflamable, al momento de acercarse uno de ellos con fuego, es cuando surge la magia y en un abrir y cerrar de ojos la cancha de fútbol esta dibujada en llamas y el balón se forra con fuego.
En el centro de la cancha se comienza el popular “pique” entre ellos mismos, disparos al arco y fintas que solo en el deporte mas hermoso del mundo se pueden observar, estas fintas son las que engalanan la cancha ardiente, algo épico y difícil de realizar, pues ya no es imposible por que estos chicos le metieron fuego a la cancha y jugaron al fútbol de una manera muy caliente