Ahora entiendo a la perfección la frase: “Un crimen jamás prescribe”. Víctor Jara tendrá justicia cuarenta años después de su tortura y asesinato en el Estadio Nacional de Chile, ahora conocido con el nombre del maestro y compositor, Estadio Víctor Jara. Por ahí me encontré en los diarios peruanos la siguiente noticia:
Diez ex militares serán procesados por torturar y asesinar a Víctor Jara. Los militares en retiro serán procesados por violaciones a los derechos humanos. Además fueron participes de torturar y asesinar a cientos de partidarios del Gobierno de Salvador Allende.
El músico, profesor, director de teatro y activista político Víctor Jara, por fin alcanzó la justicia. Y es los tribunales chilenos procesarán a diez ex militares por su secuestro, tortura y homicidio, hechos acontecidos cinco días después del golpe militar del 11 de setiembre de 1973.
El ministro en visita Miguel Vázquez Plaza dictó la acusación por el delito de violaciones a los derechos humanos.
A los ex funcionarios se les imputa la responsabilidad tanto por el secuestro y homicidio del cantautor como también del ex director de Gendarmería, Littré Quiroga Carvajal.
Los cuerpos de ambos fueron hallados en un barrio popular muy cerca al cementerio Metropolitano, junto a otros ejecutados que jamás pudieron ser identificados.
Vázquez Plaza procesó a los militares en retiro Hugo Sánchez Marmonti, Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Jorge Smith Gumucio, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana, Hernán Chacón Soto y Patricio Vásquez Donoso, como autores de homicidio calificado.
En el caso del delito de secuestro simple acusó a Hugo Sánchez Marmonti, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Jorge Smith Gumucio, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana, Hernán Chacón Soto y Patricio Vásquez Donoso.
Por otro lado, se inculpa solo como autor de los secuestros calificados de Jara y Quiroga a Raúl Jofré Gonzales. A Rolando Melo Silva se lo sentencia como encubridor de los delitos de homicidio calificado y secuestro simple.
El militante político del Partido Comunista de Chile, fue asesinado de 44 balazos luego de ser sometido a una terrible tortura de cuatro días en el estadio Chile de Santiago a manos de la dictadura de Pinochet.
Allí permaneció detenido hasta el día de su muerte, el 16 de setiembre de 1973, junto a cientos de partidarios del Gobierno de Salvador Allende.
A Jara le trituraron los dedos con la culata de un fusil y le cortaron la lengua antes de ser ejecutado.
¡Se matan las personas, pero, jamás los ideales!.
Víctor Jara – El derecho de vivir en paz: