Si bien es cierto al profe Héctor Vargas lo hemos conocido por sus polémicas como entrenador, sus críticas al arbitraje, un par de roces y dimes y diretes con Diego Vázquez, muchos desconocen su pasado como jugador profesional de la Primera División de Argentina, el amor que le siente por cada rincón de Honduras, la cantidad de jugadores que ha hecho debutar en nuestro país y, sobre todo, el agradecimiento que le tiene a la tierra que lo ha acogido por 18 años.
¡COMENCEMOS!
¿De dónde proviene su 2do apellido Baldús?
Mi mamá nació en Polonia, mi papá es de Brasil. Mi abuelo, el papá de mi mamá, estuvo en la Primera Guerra Mundial. Incluso conoció a Hitler, pero no cuando era un dictador, sino antes, cuando era un espia y fueron compañeros. En esa primera guerra, mi abuelo tuvo un altercado con un primo y se fue para Argentina con su familia. Mi papá se fue de Brasil a Paraguay y luego a Argentina. Ahí se conocieron mis padres y nacimos 5 varones.
¿Entonces tenían para una potra de fútbol rápido?
Mi papá, buscando la niña ja, ja, ja, y ¡Tuvo 5 varones! Yo me fui muy chico de casa. Tenía apenas 15 años cuando salí a Buenos Aires con mi bolsito a probar suerte. Recorrí 1544 kilómetros y el resto es historia.
Retrocedamos en el tiempo.. Cuéntenos un poco de su carrera como futbolista profesional.
Tuve la fortuna de ser capitán en todos los equipos en los que participé.
Yo debuto en Estudiantes en el ´79 y estuve hasta 1982, ahí salí campeón con Carlos Bilardo como entrenador. Luego me fui en 1983 para Temperley y luego me fui para Gimnasia, el rival eterno de Estudiantes. Pasé al fútbol colombiano, al equipo Bucaramanga.
En ese entonces en Colombia había mucho “dinero fácil”, pero también era la época de oro con jugadores como el “Pibe” Valderrama, René Higuita y Freddy Rincón y en 1988 regresaría a la Argentina para militar nuevamente con Estudiantes de La Plata hasta 1991, retirándome en este último.
Las anécdotas que más recuerda serían…
Recuerdo que en un partido ante el equipo de Rincón (América de Calí), yo me le fui con todo y reboté ja, ja, ja. Con el correr de los partidos me di cuenta quién era y se hizo famoso jugando fuera de Colombia. Eso me quedó grabado.
Contra Newell’s, yo estaba lesionado y me mandaron para reservas. Jugamos un miércoles con ese equipo y el domingo lo hacíamos en primera. Conocí a un joven con mucha potencia y velocidad. En aquel entonces jugaba con Rosario. Como había entrado de suplente, no sabía quién era hasta que ví las formaciones en el periódico el día siguiente y era Gabriel Omar Batistuta con la 14.
¿A usted le tocó vivir la época dorada de fútbol?
Sí, esa época era la de Pasarella, Kempes, que fueron campeones del mundo y para 1986 salieron campeones del mundo con Maradona, Caniggia entre otros. En 1990 Batistuta, Caniggia. Fue una época de grandes jugadores.
¿Cuál es la historia de la foto donde usted le hace una entrada a Diego Armando Maradona?
Me le voy con todo ahí ja, ja, ja.
¿Con qué otras figuras del futbol argentino jugó?
El Beto Alonso, a él le decían el Pelé blanco. Miguel Russo, que dirigió Velez y Boca, Juan Ramón Verón (el papá de la Brujita Verón), el Tata Bravo, Patricio Hernández, Camino, el asistente de Pasarella en el Mundial, Sabella, Guaita, que fue entrenador de Victoria también, la “Pelusa” Cardozo y otros más.
¿Y como entrenador?
En Reservas de Estudiantes tuve a Verón, Palermo y fuimos campeones. También a Capri y Calderón, entre otros. Hice debutar a Juan Pablo Sorín, Sebastián Pena cuando estuve en Argentinos Juniors en 1995. 1996 me fui a México, al Toluca y recién llegaba Arnold Cruz. Apenas estuve 3 meses.
¿Por qué le dicen León?
Por el pelo. Lo tenía bastante largo, ja, ja, ja.
Minusiosamente, el profe nos enseñó las fotografías que mantiene en sus redes sociales. Conocimos su etapa como jugador y al mismo tiempo como padre..
¿Qué fue lo primero que le dijeron cuando se vino a Honduras?
Yo no sabía mucho de Honduras, pero me llamó la atención por Gilberto Yearwood, porque lo vi en el Mundial de ´82.
¿Cómo surge ese contacto para venir a Honduras?
Adriano Custodio Méndez era jugador de Universidad y él quería que lo apoyara con el pago de la despensa y su apartamento. Yo le dije que sí pero quería que llevara mi curriculum para ver si había oportunidad aquí. Él se lo dio a Francisco Herrera (Chelatio) y el al “turco” Nazar. Yo no conocía Honduras y vine primero a conocer para ver si me gustaba.
¿Cómo fue ese cambio de ambiente profesional?
Al inicio raro, porque allá el vestuario era bien organizado y la Universidad aún tenía canchas de tierra. Tenían muy poco presupuesto. En general, el fútbol de acá estaba bien descuidado. Por eso se hace muy difícil traer a un futbolista de Argentina. Otro factor era el salario, jamás era o es igual. Estando en Hispano, quise traer a un delantero que jugaba en Defensa y Justicia, ese equipo estaba en la B y ganaba 20 mildólares. Imposible traer a un futbolista que tienen un buen nivel.
¿Qué jugador ha sido especial de entrenar?
He tenido muchos que los vi iniciando y luego hacerse grandes. Yo hice debutar a Danny Turcios en el 97-98 y lo vi llegar muy alto. También, cuando estuve en Platense, tuve a Eddie Hernández, Diego Reyes, David Meza, Henry Córdoba.
En ese momento recordé que mi primo Carlos Alvarado tuvo un paso por el Vida con Vargas cómo entrenador y le tuve que preguntar como jugaba el hijo del más grande goleador del club.
Yo me acuerdo que a tu primo lo puse con Zapata, un panameño. Técnicamente eran muy buenos los dos, el problema era que no eran goleadores y erraban mucho. Me escapaba de morir de un infarto ja, ja, ja. Son bromas. En aquella época tenía a Marvin Brown, el hermano de Mitchell, que era el goleador, pero era muy indisciplinado.
¿Alguna vez tuvo roce con algún aficionado?
¡Con la mamá del “Zurdo” Hernández! Aunque él ya no estaba en Platense, ella siempre iba al estadio. Eran insultadas y me pedía que metiera a Vega. Cuando yo lo metía, me gritaba que lo sacara ja, ja, ja. En un partido ante Marathon, íbamos 2 -2 y decidí meterlo. Entró directo a hacer el gol y también me gritó: “¡Viste que te dije que lo metieras!”, ja, ja, ja. Uno se acostumbra a eso.
Y el corazoncito albi..
¿Equipo en Argentina?
Boca. De chiquito lloraba cuando perdía Boca.
¿Cambiarán las cosas con la llegada del “Mellizo”?
Fijate que tengo una historia con él. Imaginate lo viejo que voy a estar; cuando estaba en Gimnasia, el papá de Schelotto era el médico del plantel. Recuerdo que tenía una muy buena relación con él y en eso me fui a Colombia a jugar.
Los gemelos tenían entre 11 y 12 años, yo les traje una camisetita con el nombre de los dos. Después no lo vi más pero sí éramos cercanos. Schelotto era muy buen jugador, le fue bien como entrenador en Lanús y tiene equipo para ganar la Libertadores. Tiene algo que Arruabarrena no tenía.
El Victoria…
El Victoria se encuentra en una situación bastante crítica. Más o menos así agarró usted al equipo, ¿O me equivoco?
Yo nunca peleé descenso. Yo agarré al equipo pero faltando 4 fechas lo salvé del descenso y en el segundo torneo lo metí a semifinales. Todo juega en estas instancias, recuerdo un partido ante Olimpia donde le pedí al utilero del equipo que me cortara la luz porque íbamos ganando 1-0 pero si el partido continuaba con ese ritmo Olimpia me empataba. El utilero era el único que podría hacerme caso y se cortó la luz, todo se enfrió un rato. Cuando Moncada decidió seguir, hicimos el segundo y ganamos el partido. Todo juega.
Profe y la patadita contra Henry Figueroa; ¿También es parte del juego?
Es que yo jugué al fútbol y tengo esa intuición de leer los mensajes corporales. Cuando veo la distancia de donde viene, se que él se tiene que detener. Por experiencia sé que si exagero es porque voy con mala intención. Él venía con mala intención de golpearme.
Todo viene desde el partido de la semifinal pasada, cuando él me fue a insultar al banco y al día de hoy no sé por qué. Por eso lo expulsan del partido. Yo tengo una memoria increíble del fútbol, pero bueno, ya me habían sacado diez mil lempiras de multa y mejor no hice nada. Quioto sale a defenderme y lo expulsan también. Aquí el arbitraje hondureño compensa todo.
¿El arbirtaje nacional?
Para los grandes árbitros, si vos cobrás un penal y te equivocaste no compensés porque te equivocas 2 veces. Por eso les cuesta mucho trascender a nivel internacional. Compensan mucho.
¿Cuál sería el mejor árbitro de Honduras?
Giovanni Mendoza.
¿Cuál ha sido la clave para la buena relación con Olimpia?
Este fin de semana pasado, ante Real España, cumplí 200 partidos en la Liga Nacional. 119 con Olimpia y 81 con Victoria. La clave fue captar la idea de don Rafa Ferrari. Él quería promocionar jóvenes y eso calza perfecto con mi filosofía. Hasta me han sacado de equipos por darle la oportunidad a jóvenes.
Bajé costos en Olimpia con la salida de Caetano, Bruschi y aparecen Ellis y muchos más, regresó Anthony, rescatamos a un Ever Alvarado descartado por Real España, un Oliver Morazán que estaba en Deportes Savio, Salas estaba en el Valle FC. Ahora la plantilla está compuesta en su mayoría por jóvenes y así llevo 2 campeonatos.
¿A Carlo Costly lo trae usted o el equipo?
El equipo, pero antes de que se fuera a Polonia yo lo tuve en Platense aunque fue por poco tiempo.
¿Es justo su llamado a la Selección?
Más que para el Olimpia, es necesario para la Selección. A él lo pongo para ver si se acomoda en la cancha y lo vea Pinto. Antes de su llamado ya confiaba que lo iba a llamar Pinto, no podía creer que fuera tan cerrado en un país donde no abundan los jugadores de Selección.
¿Cómo ve el panorama ante El Salvador?
Veo a Honduras ganando. Ojalá que se dé por el fútbol hondureño. En la Federación debemos tener a alguien que sepa de fútbol. Imaginate se pueden venir abajo los patrocinios pero al mismo tiempo se viene abajo nuestro fútbol. Los grandes están estables pero yo conozco la realidad de otros clubes, cuando yo tuve que poner de mi bolsa para inyecciones de mis jugadores y eso fue con la plata desembolsada por clasificar a los últimos 2 mundiales. ¿Te imaginás que ya no haya aporte de nada? ¿Quién va a dar ese aporte al fútbol?
¿Le gustaría llegar al banquillo de entrenador de la Selección Nacional?
No, no, no. No aspiro a eso. Mi criterio para un entrenador de selección es que debe ser local y debemos formarlo. Para mí, el futuro entrenador de la selección es Nerlyn Membreño. Está actualizado, tiene capacidad, es honesto y creo que tiene todo para dirigir. Lo único que tiene que controlar es el temperamento ja, ja, ja. se tiene que comenzar con alguien joven y apoyarlo. Me gustó mucho que le hayan dado la oportunidad a Carlos Pavón, aunque no estoy de acuerdo de la forma que se hizo. No conozco a Jairo Ríos pero creo que le tuvieron que dar continuidad y un mejor cierre.
Punto Final..
¿Se han agigantado más de lo debido los dimes y diretes con Diego Vázquez?
Tiene aciertos en un club que no ha tenido muchos aciertos en los últimos años. Desde que se fue Primi, no ha sido el mismo equipo. Me da la impresión que en el momento que traen a Diego, quieren traer gente de confianza con Nimrod y Patricio para adaptar a sus jugadores. Sin tomar el tema como una pelea entre los dos, yo reconozco los aciertos que ha tenido. Le falta experiencia, todavía no ha recorrido nada en relación a peleas por el descenso, perder a un jugador del que se depende.
El torneo pasado el Olimpia pasó por un “bache futbolístico”; ¿Qué fue lo que pasó?
Cuando las cosas venían mal en Olimpia y veníamos campeones de Liga y Copa y ahí el equipo se relajo. A lo mejor me relajé yo también. Estaba claro que si las cosas seguían así el que iba a salir era yo. Tenía que tener bien a mi grupo de trabajo y en ese entonces tenía a Juan Carlos Espinoza con un derrame facial, a Nerlyn Membreño con más canas que yo. Parecía más viejo que yo. Oliva con dolor en la cintura y Scallesi también. Todos sufrían la presión de los resultados. Yo no, fui empujando hasta que salimos y ahora estamos en un buen momento.
¿Qué tanta presión siente como entrenador del club más grande del país?
He ganado 2 títulos y para algunos aún no he hecho nada ja, ja, ja, pero mi techo es ganar 3 títulos como lo hizo Juan Carlos Espinoza y Tosello.
Saliéndonos del área técnica…
¿Qué va a hacer del Día del Padre?
Tengo 6 hijos. Tres con mi primer matrimonio (un abogado, una neruróloga y proximamente un periodista deportivo) y 3 con mi matrimonio hondureño. A ver qué sorpresa me tienen mis hijos y mi esposa. El chiquito cumple 2 años este mes, el otro cumple 11 en abril y la mayor recién cumplió 15 el día de la mujer hondureña.
¿Sus hijos tienen nombres de futbolistas famosos?
No ja, ja, ja. El de 10 (años) se llama Stefano, pero mi esposa así le puso. Al chiquito le puse Héctor y ella Matías. Bueno, ambos se llaman Héctor ja, ja, ja. Les puse a estos mi nombre porque ya voy para viejo ja, ja, ja. Mi esposa me pregunta que si tenemos otro más y le ponemos Héctor. ¿Y por qué no? Ja, ja, ja.
¿Es un problema el fútbol en su casa?
No, en casa no se habla de fútbol. Ella es licenciada en Ciencias Sociales y hablamos de eso, de la escuela de los chicos pero yo soy de mi espacio. Ellos se ríen porque a veces estamos platicando y luego yo me pierdo, yo necesito mucho mi tiempo y espacio. Siempre me encontrás leyendo algo o viendo vídeos.
¿Qué lee Héctor Vargas en su tiempo libre?
Antes leía más literatura. Cien años de soledad, Las venas abiertas de América Latina, entre otros. Ahora estoy más metido con lo deportivo. Con el internet, en los últimos 8 años se me ha hecho más fácil. También me pongo a ver películas, sobre todo las de hechos reales. Son mis favoritas.
¿Alguna vez ha implementado alguna de estas películas en sus charlas?
En Olimpia se usa mucho. Desde antes de que yo llegara, ya tenían un motivador. German Retana actualmente trabaja con Jorge Luis Pinto. En la final contra Motagua lo querían traer pero yo dije que no. No había necesidad. Lo único que les dije ese día fue: “Si ustedes llegan al cine y alguien se llevan a su esposa de la mano… ¿Qué van a hacer? ¿Te peleás o no?”. “Lo mato”, me contestó Carlos Will.
“¿Y si alguien llega a tu casa y se lleva a tu hermana; ¿Qué vas a hacer? ¿Te quedás sentado?”. “No”, contestó Quioto.
“Bueno, esa copa es de ustedes. Esa que estamos jugando ante Motagua es de ustedes. Vayan y traiganla. A ustedes les corresponde”, les dije.
Entraron a matar ese día al partido e hicimos los 2 goles y el penal. Entraron convencidos de que habían hecho los méritos para llevarse la copa. Uno como entrenador debe tocarle la fibra a los jugadores también. Si les llevaba el motivador, el entorno y la cancha me los iba a bajar. Mejor lo hacía yo.
Uno de los grandes momentos con Arnold Peralta con el equipo…
Sí, yo lo traje todo ese campeonato pensando en la final. Incluso jugó Edgar Flores, el hermano de Rony y lo expulsan. Yo le dije a Arnold que lo necesitaba y que se preparara para enfrentarse a Motagua porque se lo difícil que es. Ese día jugó bárbaro, no dejaba pasar nada.
Tenía bastante afinidad con él, charlabamos y todo. Parecía un muchacho rebelde pero en realidad no era así. En un partido ante Victoria, mirá lo que me pasó con él: Ese día me escribe Carlos Escobar y me dice: “Teacher, no tengo taco para entrenar con los jugadores, ayúdeme”.
Yo le dije que se viniera el sábado para ir a Diunsa y los comprábamos.Él no me llamó el sábado y se comunicó conmigo después del partido. Le pregunté qué número calzaba y me dijo 8. Así me fui para camerino a preguntarle a Quioto pero él calzaba 9 y medio y me dijo que le preguntara a a Arnold. Me fui donde Arnold y sin pensarlo 2 veces se quitó los tacos que valen como 7 mil pesos y me los entregó. Carlos Escobar estaba muy agradecido.
(En este momento, el profe Vargas se emociona y sus ojos se ponen lagrimosos… Arnold era un gran amigo para el).
Me pasó algo similar con Ovidio Guevara, él era como mi hijo. De repente me llama un día mi esposa que lo habían matado. Fue bastante duro porque había una amistad con su familia y la mía.A Arnold lo miraba todos los días, miraba sus sueños. Cuando nació su niña me pidió permiso para ir a conocer a su hija porque estábamos concentrados allá y de repente te enterás que lo matan. ¿Pero por qué? Nadie se merece la muerte. Tanta cosa en un país donde tienen todo para vivir bien pero hay demasiada cosa mala.