¡Barras Bravas!

Las barras bravas han sido por años los que dan vida a los juegos de liga. El color y el ambiente que ponen dentro de la cancha es único. Casi que te dan ganas de ir a gritar y saltar como ellos lo hacen.

Pero, no todo es color de rosa, cuando estas barras se encuentran una con otra, se convierte en un campo de batalla, llevándose de encuentro a quien se ponga enfrente, cegados por un amor enfermizo a una camiseta y motivados por las pocas oportunidades que hay en el país.

Estas barras han sido calificadas por la policía como los aficionados más violentos y peligrosos, suena difícil una generalización sobre sus integrantes, pero las autoridades se basan en el comportamiento violento que han mostrado en los últimos años.

Lo que antes era un sano entretenimiento, aficionados que se organizaban para alentar, mostrando amor y lealtad a su equipo de una manera muy alegre y colorida, hoy ha dado un giro y se ha convertido en algo más oscuro, peligroso e impredecible.

Para ganar la entrada a la barra, se tenía que asistir a todos los partidos, tocando tambores, gritando, moviendo banderas, cortando confeti y de vez en cuando irse a las trompadas con algún jodido que pasó molestando solo por molestar.

En estos días, eso dio un giro total, las peleas ya no son a puños, se usan piedras, palos y armas. La pelea es a muerte. Sin razón.

Cumpliendo una función social, que la misma sociedad obliga, en su mayoría son integrantes de barras que viven en barrios o colonias de alto riesgo, adquieren un sentido de pertenencia tal, que la violencia deja de ser parte del “aguante” y se convierte en prestigio.

Entre más peleas ganan, el prestigio aumenta. Y eso hace que la fama dentro de la comunidad en la que viven aumente.

El poder, es el “trofeo liguero” que buscan, a pesar de las campañas mediáticas y el interés de los directivos de clubes por dar fin a esta ola de guerras callejeras.

Es tiempo de reflexionar, de buscar una solución definitiva a este problema. Si ya existe un déficit por el bajo nivel que muestran los equipos de la Liga Nacional, las batallas entre barras asustan a los aficionados que asisten regularmente a la cancha y los obligan a tomar la decisión de ver el partido por la tele, desde la comodidad de su casa, sin arriesgarse a ser golpeado o herido.

Me gustaría realmente que el gobierno de la República ofreciera mayor oportunidad a estos jóvenes. Es un fenómeno que viene en crecimiento, ya tenemos muchos problemas como para tener uno más de este tipo, es necesario crear conciencia, generar empatía entre barras y que entiendan de una vez por todas que los jugadores y directivos SON AMIGOS, que si pegan patadas, al estar en el pasillo rumbo a los camerinos se van abrazar y van a salir a comer para recordar esta anécdota.

El fútbol es el deporte más bello del mundo, la humanidad no viviría sin el deporte rey. Pero, por muy apasionados que seamos, el vestir otra camiseta no da derecho a golpear o matar a otro ciudadano que vista un color diferente.

Hago un llamado a la reflexión, el país necesita acciones positivas que nos hagan salir adelante, no vale la pena morir por fútbol.

¡Vamos que si podemos!

Abrazos de gol.