A Miguel Muñeco González ya no le interesa ganar ni pelear por un cinturón de campeón. Mientras le paguen bien, seguirá subiendo al ring y pondrá en riesgo su vida.
Con 29 años, es muy poco lo que le queda como boxeador. Él lo sabe muy bien. Por eso decidió marcharse a España con la única idea de ganar euros.
“Lo más difícil es estar lejos de mi hijas, mi esposa y mi madre. Pero estoy acá haciendo lo que más me gusta: pelear. Pero no vine acá a ganar peleas, sino a hacer pisto… Mi objetivo es mandarle dinero a mi familia”, le dijo el Muñeco al periodista Gerardo Bustillo de diario Diez.
El “Muñeco” ahora gana entre 600 y 2,000 euros por pelea y comparte que eso le sirve para ayudarle a sus seres queridos.
“Cuando me vine de Honduras tenía muchas deudas, es más, trabajando allá le mandaba a mi esposa solo para mis hijas y no me ajustaba para mi madre, ahora sí puedo ayudarle también a ella”, dijo con alegría el hondureño.
Muñeco ahora pelea y pierde con frecuencia. A veces apenas hay tres semanas entre cada combate. Duele decirlo, pero sirve de costal humano para que boxeadores con cierto potencial desarrollen sus destrezas.
En sus ratos libres, el campeón del pueblo sube fotografías de su esposa, sus hijas de su madre. “¡Cómo extraño a mi familia!”, escribe con frecuencia en su Facebook.
También sube mensajes para darse ánimos, como “¿Quién dijo miedo?”.
Muñeco aun no sabe cuándo será su próxima pelea. Sabe que volverá a perder. Eso es lo de menos. Lo que importa es que ganará algunos euros que mandará hasta Nueva Armenia.
Cuando por fin regrese a Honduras lo hará con su récord abultado de derrotas. Tampoco importa. Lo que vale es que bajará del avión con la frente en alto…