El líder de la Iglesia Católica, arribó hoy a la isla de Cuba, sostendrá una reunión con el presidente Raul Castro y luego, se producirá un encuentro histórico entre religiones separadas, más adelante haré una nota sobre la razón de la separación del catolicismo con la Iglesia Católica Ortodoxa. Esta reunión se produce después de casi 1000 años de distanciamiento, dando ejemplo al mundo, enviando un mensaje claro de paz y de unión, El Sumo Pontífice, cabeza de la Iglesia católica mantiene un encuentro con Kirill, su par de la rama ortodoxa, en La Habana.
Francisco llegó esta tarde para sostener la primera reunión de una jefe de la Iglesia católica con su homólogo de la Iglesia ortodoxa rusa, un hecho histórico luego de la separación ocurrida en el cristianismo hace diez siglos, pero que puede tener más que ver con una Rusia tratando de afirmarse políticamente que con cualquier avance religioso.
Minutos después de su arribo, Francisco se reunió con el patriarca Kirill por dos horas, durante una breve escala en el aeropuerto Jose Martí de La Habana, en su camino a tierras mexicanas, donde el pontífice inicia una gira de seis días en la que llevará un mensaje de solidaridad con las víctimas de la violencia por las drogas, la trata de personas y la discriminación en algunas de las zonas más violentas y afectadas por la pobreza.
El avión de la aerolínea Alitalia, que transporta a Francisco y a su comitiva, partió esta mañana del aeropuerto de Roma.
Aunque la reunión de La Habana ha sido considerada en algunos círculos católicos como un importante avance ecuménico, Francisco también ha sido objeto de críticas por permitir, en lo esencial, ser utilizado por un Kremlin deseoso de ganar terreno político entre los cristianos ortodoxos y en la escena mundial en momentos en que Rusia está cada vez más aislada de Occidente.
Se espera que la declaración conjunta toque el tema más importante que preocupa tanto a la Iglesia católica como a la ortodoxa en la actualidad: la difícil situación que sufren los cristianos en Irak y Siria, donde están siendo asesinados y expulsados de sus hogares por el grupo Estado Islámico. Ambos lideres tratan de buscar el bien común.
¿Por qué reunirse en Cuba?
Cuba tiene una ubicación única e ideal para la reunión: lejos de las batallas territoriales entre católicos y ortodoxos en Europa, además de que es un país familiar para el primer Papa de origen latinoamericano, pero igualmente familiar con la iglesia rusa, dados sus antecedentes antiestadounidenses y su legado soviético.
“Cuba es de hecho un lugar profundamente espiritual en términos de prácticas afrocubanas no es, ni nunca ha sido un lugar muy religioso en el sentido católico formal”, explicó a la AP el analista y experto en Cuba del Baruch College de Nueva York, Ted Henken. “Creo que este hecho junto con su conexión única geopolítica de Rusia se ha convertido en un “terreno neutral” ideal y de confianza para dicha reunión’‘.
El Vaticano espera que en encuentro mejore las relaciones con otras iglesias ortodoxas y estimule los avances en el diálogo sobre las diferencias teológicas que han dividido al cristianismo del Oriente y el Occidente desde el Gran Cisma de 1054.
Sin embargo, los observadores ortodoxos creen que la disposición de Kirill de reunirse finalmente con un Papa tiene menos que ver con cualquier deseo nuevo de acercamiento ecuménico y más con un deseo de la iglesia ortodoxa por mejorar su imagen en un momento en que Rusia está cada vez más bajo el fuego de Occidente por sus acciones militares en Siria y Ucrania.
Kirill, un consejero espiritual del presidente ruso Vladimir Putin, dirige la más poderosa de las 14 iglesias ortodoxas independientes que se reunirán durante el tercer trimestre en Grecia para el primer sínodo panortodoxo en siglos.
“Esto no es benevolencia. No es un deseo recién descubierto de unidad entre los cristianos”, opinó George Demacopoulos, presidente griego-ortodoxo de estudios cristianos ortodoxos en la Universidad de Fordham, en Nueva York. “Es casi en su totalidad la postura (de Kirill) y de tratar de presentarse como el líder de la ortodoxia”.
Desde Pablo VI, los papas se han reunido con el patriarca ecuménico con sede en Estambul, quien es considerado el “primero entre iguales” en la Iglesia ortodoxa de 250 millones de fieles y el único patriarca que puede hablar por la ortodoxia mundial. Sin embargo, la Iglesia rusa es la más grande, más rica y poderosa en la ortodoxia, y siempre se ha mantenido alejada de Roma.
Los católicos y los ortodoxos se han mantenido distanciados por muchas cuestiones, como la primacía del papa y, más recientemente, las acusaciones rusas ortodoxas de que la Iglesia católica ha tratado de ganar conversos en las antiguas tierras soviéticas. Esas tensiones han impedido que papas anteriores hayan podido reunirse con un patriarca ruso, a pesar de que el Vaticano ha insistido en que solo estaba haciendo su trabajo religioso entre los adolescentes de las comunidades católicas.
El problema reciente más acuciante se centra en la Iglesia católica griega de Ucrania, la segunda más grande del país, que sigue los ritos de la iglesia oriental pero responde a la Santa Sede. La Iglesia ortodoxa rusa ha considerado el oeste de Ucrania como su territorio tradicional y ha resentido la influencia papal allí.
El cardenal Kurt Koch, jefe de la oficina del Vaticano que se ocupa de las relaciones ortodoxas, dijo que el tema de la iglesia ucraniana sin duda emergerá en las conversaciones privadas de dos horas entre Francisco y Kirill.
“Creo que sería imposible reunirse sin discutir estos temas”, dijo a la Radio del Vaticano. No obstante, subrayó que no puede subestimarse la importancia futura de la reunión.
“Sin duda forjará relaciones dentro de la ortodoxia: Todavía no tenemos contacto con muchos de los patriarcas ortodoxos y esta reunión podría ayudar a desarrollar las relaciones entre ortodoxos antes del Consejo Panortodoxo”, dijo. “Una mejor comprensión entre Roma y Moscú seguramente tendrá efectos positivos en el diálogo teológico”.
Lo cierto es que la presencia de Francisco “El Humilde” en América, trae aires de cambio, de esperanza, de fe, de conversión y sobre todo de predica del amor entre humanos, fortaleciendo los principios establecidos durante la revolución francesa: “Libertad, Igualdad y Fraternidad”.
Basado en Agencias AP y EFE