Garrido: con la fuerza del corazón

Antes de que salga el sol, Luis Garrido prepara su maleta, enciende su carro y se dirige con destino al campo de Parada Marte.

Luego se baja de su vehículo y se dirige a paso lento, pero seguro.

Garrido trota, trota y trota pero con cuidado. Nada le saca carrera.

Sonríe y saluda al hincha capitalino. Garrido sigue siendo el mismo, no cambia. Es el extracto de la humildad.

El hondureño porta una rodillera en su pierna derecha. La anda bien ajustada. No quiere más sustos.

En sus redes sociales se le ha visto hacer un par de técnicas con el balón, luego se toma una selfie y le agradece a Dios porque su recuperación va en ascenso.

“Esto se lo debo a Dios. Ahí vamos de a poco, gracias a Dios todo está saliendo bien.  Me siento bien y mi recuperación va excelente. Cuento con un doctor que pasa muy pendiente de mí y eso me tiene contento”, dijo Garrido.

“Soy un hombre que me gustan los retos y por eso empecé a dominar bien el balón. Mis ánimos están a tope”, señaló.

“Es el hombre más valiente”

No sé si a usted le paso lo mismo, pero a mí se me puso la piel de gallina cuando Luis Garrido se fracturó de manera violenta su rodilla derecha en el pasado juego ante México que se realizó en San Pedro Sula en el marco de las eliminatorias con destino al Mundial de Rusia 2018.

Yo estuve cerca…muy cerca de esa jugada. Lo que más me dejó asombrado es que Garrido ni gritó, fue valiente y sabía lo que había pasado.

Garrido no lloró cuando lo llevaron en camilla.

Garrido no lloró cuando lo llevaron a la sala de emergencia.

“Es la persona más valiente que he conocido. Nunca se le vio derrotado,  nunca lloró, ni perdió la calma”, me dijo una enfermera que ese día – 17 de noviembre de 2015- atendió a Luis Garrido en un clínica de San Pedro Sula.

Garrido le da vuelta a la página.  Las ganas por volver  a la cancha son tremendas y en sus redes sociales comparte vídeos de cómo va evolucionando su recuperación. Le demuestra al mundo que nada es imposible en este mundo cuando tienes la fe en Dios.

Un Milagro

Garrido es un claro ejemplo que en los momentos más oscuros es cuando más se disfrutan las victorias.

Lo que ha ocurrido con Garrido es un milagro.

Garrido es  valiente y eso lo reconoce su amigo Alex López.

“Sentí un escalofrió con la lesión de Garrido, pero creo que esto solo le pudo haber pasado a un persona tan fuerte como lo es Garrido. Si hubiese sido otra persona, sería diferente, sé que pronto volverá a jugar”, indicó López, actual jugador de Olimpia.

Los doctores aseguraban que dentro de un año volvería a jugar, pero al parecer eso no será así, pues en menos de tres meses Luis Garrido ya camina, trota, corre y hasta juega con el balón. Impensado.

Luis Garrido sigue trotando a paso lento, nadie le saca carrera. Saluda al hincha y se detiene para tomarse otra selfie.

Garrido no para de sonreír… ojala algún día tenga el espíritu de superación de este talentoso catracho.

Esta es la vida de Luis Garrido, una vida sin limites…