Con una combinación de olores exquisitos que se te hace agua la boca, y los gritos de los vendedores de “¿Mi amor, qué quiere: chile, cebolla, tomate? Mire que están fresquitos” y “Cómase su rico nacatamal”, el Mayoreo está más vivo que nunca.
Así, solo te queda sentarte a degustar todo esto. El Mayoreo es un lugar que estimula tus cinco sentidos.
Aquí tocás las frutas más frescas de toda la capital, probás las deliciosas y diferentes comidas y bebidas que venden, te seducen un montón de olores que ni sabías que existen, escuchás lo bien que te tratan.
Si estás un poquito desanimado te recomiendo el Mayoreo, donde todos te dicen mi amor.
Es un excelente lugar donde no hay clases preferenciales, ahí van desde grandes firmas como los embajadores, hasta el que solo ajusta para el cartón de huevos, me alegra saber que sigue así de bonito y lleno de vida.
Sus vendedores nos han dado muestra de lo que es la garra catracha, pues se levantaron de las cenizas y siguieron adelante.
Y es que después de la desgracia ocurrida en los comedores varios creían que ya no se levantaban y que la gente ya no asistiría por miedo a otra desgracia, pero fue todo lo contrario, ahora se ve más ordenado y eso nos debe de alegrar muchísimo, porque ahí hay mil historias.
“Casi todos los viernes voy y me tomo una sopa marinera”, cuenta el abogado Jacobo Hernández Cruz.
Otros van por sus verduras, frutas y mariscos frescos.
También por sus lácteos.
Conocido también como la Feria del Agricultor, es uno de los sitios tradicionales de la capital. ¡El que no conoce el Mayoreo frente al Estadio Nacional es como si nunca hubiera estado en Tegucigalpa!
Foto: Sergio Montero.
