Solid Oak Sketches, un estudio de tatuajes encargado de “pintar” a grandes personalidades como Kobe Bryant y LeBron James, ha demandado a Take Two Interactive, la empresa responsable en la realización de los videojuegos NBA 2K.
Ahora, más de alguno se preguntará: ¿Qué carajo es el NBA 2K?
Bueno, si no son seguidores del baloncesto estadounidense o apasionados de los videojuegos la respuesta a la pregunta es un poco complicada, pero se las daremos a conocer de una manera más digerible.
En pocas palabras el NBA 2K es el FIFA del baloncesto. Más claro que el agua no puede quedar.
El motivo de la demanda son algunos tatuajes que portan los dos populares jugadores en el videojuego. El hecho es que el estudio había intentado vender los derechos de imagen de los tatuajes por 1.1 millones de euros, pero en Take Two rechazaron la propuesta.
Parecía que todo había terminado ahí, pero los responsables del NBA 2K cometieron una terrible falta. Aunque no lo crean, se atrevieron a utilizar los tatuajes sin pagar ni un solo centavo, así que parece que todo está dicho, a Take Two no le quedará de otra que indemnizar al estudio, aunque el proceso legal ni siquiera ha dado sus primeros pasos.
https://www.youtube.com/watch?v=ZKcHuHmfMeE
En total hablamos de una lista de ocho diseños que incluye la imagen del hijo LeBron James en su antebrazo, además de las mariposas de Kobe en su brazo.
No sería la primera vez que una empresa de videojuegos pague una indemnización por incluir tatuajes sin permisos, ya había ocurrido en el 2010 con la compañía THQ, la encargada de los juegos de boxeo UFC Undispute.
Ellos tuvieron que pagar 22,500 euros a un estudio de tatuajes, por incluir en el videojuego los tatuajes de Carlos Condit, un peleador estadounidense de artes marciales mixtas.
Será cuestión de tiempo para conocer cómo procede la demanda. Lo cierto es que el NBA 2K es una BESTIALIDAD DE VIDEOJUEGO.
Si te gusta el baloncesto de los Estados Unidos técnicamente estás obligado a comprar edición por edición, como dicen por ahí: “Para muestra un botón”, y el comercial que les compartí habla por si solo.
