El pasado miércoles en la tercera ronda de la Copa Presidente el Victoria quedó eliminado por el Vida en una nueva edición del “Derbi Ceibeño”, donde además de destacar el triunfo de los cocoteros es importante tocar el tema de John Bodden, portero de la jaiba brava, quien salió expulsado del partido por agredir al árbitro del encuentro.
El partido iba empatado 0-0, y al minuto 87 el réferi pitó un penal a favor del Vida (para mí inexistente), así que muchos jugadores del Victoria se acercaron a él para reclamar esa decisión, pero Bodden se excedió. El portero le pegó un cabezazo al árbitro, así que no quedaba de otra más que mostrarle la cartulina roja.
Ayer la Comisión Regional de Disciplina del Norte informó que el jugador está suspendido de toda actividad deportiva, esto, como era de esperar, por la agresión al árbitro Marlon Díaz, así que este sábado no jugará ante el Motagua en el Estadio Nacional.
La suspensión por ahora es de tiempo indefinido, pero se espera que el martes en la reunión ordinaria de la Comisión se defina el periodo exacto que Bodden estará sin jugar al fútbol.
Hay quienes mencionan que serán un par de meses e incluso están los que creen que se perderá el resto del torneo, la verdad es que el tiempo de suspensión es una incógnita. Ante ello surge una pregunta: ¿Cuál sería una sanción justa para Bodden?
La Comisión debe tomar en cuenta diferentes aspectos:
-La calentura del partido. A cualquiera que le piten un penal al minuto 87 de un partido se le pueden soltar los tornillos, es normal.
-La situación del Victoria. La eliminación de la Jaiba en la Copa Presidente es un duro golpe para sus jugadores, tomando en cuenta como han comenzado este campeonato de Liga Nacional, así que no querían perder, mucho menos de esa manera.
-El arrepentimiento de Bodden. El jugador ya ha pedido disculpas a todos (árbitros, aficionados y jugadores).
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-El profesionalismo. El portero no tiene excusas, tenía que controlarse, simplemente cometió un error y creo que está consciente que debe pagar.
Desde mi perspectiva una sanción justa serían dos meses sin jugar oficialmente al fútbol, así quedaría un registro importante de cara al futuro, para que los futbolistas midan sus reacciones en el verde césped, donde son un ejemplo para los aficionados.