El jueves nos despertamos con tristeza. Mientras el mundo estaba pendiente de los nominados al Óscar de la Academia, en Inglaterra dieron una mala noticia: Alan Rickman, uno de los actores ingleses más querido y admirado, acaba de fallecer de cáncer.
Tenía 69 años.
Con una impresionante carrera en cine y teatro, será recordado por tres papeles: el profesor Snape en las películas de Harry Potter; el líder del comando terrorista en Duro de Matar I; y el sheriff de Nottingham en Robin Hood.
“Tenía dos días de haber llegado a Los Ángeles lleno de ilusiones cuando me ofrecieron el papel de villano en Duro de Matar. Eso cambió mi vida”, relataba.
“Alan murió rodeado del cariño de su familia”, dice un comunicado.


¿LA MALDICIÓN DE AARON RAMSEY?
Los supersticiosos ya empezaron a relacionar la muerte de Rickman con la maldición de Aaron Ramsey, el jugador galés del Arsenal al que parece perseguir una maldición, pues cada vez que anota un gol, ¡pam!, muere alguien famoso.
Lo que es una tontería, porque con tanto famoso en el mundo, es normal que de cuando en cuando muera uno.
Pero miremos la “extraña coincidencia”:
Lunes 11 de enero de 2016: Ramsey le anota al Sunderland. Horas después muere el cantante David Bowie.
Jueves 14 de enero de 2016: Ramsey le anota al Liverpool. Horas después fallece Alan Rickman.