Fotos: SERGIO MONTERO
Mensajes de amor. Reivindicaciones sociales. Mariposas que vuelan pegadas a las paredes de las casas. Ataques a los políticos, sean ñurdos o derechos. Caroñitos escritos con colores. Gracias al arte urbano, las paredes de las calles de la vieja Tegucigalpa hablan.
Cuentan que las paredes de la capital comenzaron a hablar allá por 1955, durante la Gran Huelga Bananera que estremeció a Honduras.
Manos anónimas y valientes escribían mensajes contra el gobierno y los gringos.
En la actualidad siempre han mensajes políticos, e incluso caricaturas deformes de personalidades políticas y religiosas. Las paredes se convierten en páginas de cemento en el que artistas rebeldes y soñadores plasman su creatividad.
La mayoría de los artistas prefieren permanecer en el anonimato solo utilizando sus “tag” (firmas) ya que son asociados con pandillas, cuando realmente son personas profesionales con un talento especial.
Al final, los que pasamos frente a estas obras de artes nos deleitamos con el ingenio de los pintores.
Dicen que “Si estas paredes hablaran”… Pues bien: las de Tegucigalpa no paran de hablar…