La Policía Nacional comete un error con la decisión de prohibirle el ingreso a la ULTRA FIEL al Nacional en el partido de este sábado.
Esto, en lugar de tranquilizar a la barra, podría provocar molestias innecesarias, pues, con toda seguridad, muchos se sentirán víctimas de una injusticia y despertará el resentimiento.
La medida es el camino más fácil, pero, también, podría convertirse en el más peligroso. NO es, en mi opinión, la mejor forma de prevenir la violencia, porque las pistolas y los cuchillos siguen en manos de aquellos barristas más radicales, quienes solo necesitan un callejón oscuro para atacar a sus víctimas, y que encontrarán, en esa ordenanza, una justificación para preparar ataques contra los rivales, en este caso, de LA REVO.
Además, manda un mensaje equivocado, porque es como si dijeran “No podemos controlar a las barras, entonces mejor es que no entren al estadio”.
Los que la Policía Nacional debe hacer es imponer su autoridad y organizar un sistema que funcione a cabalidad dentro y afuera del estadio.
Su mensaje tiene que ser, en este caso, el de “Aquí mando yo y no permitiré relajos ni estupideces”.
Pero a estas alturas, con toda seguridad, más de algún ULTRA FIEL estará imaginando la forma de sacarse esa espinita y demostrarle al sistema que no se somete a la ley.
¿Cómo se hace eso? Cometiendo alguna fechoría.
A pesar de lo que se cree, no es en el estadio ni en sus cercanías donde algunos miembros de ambas barras -digo ALGUNOS, porque es un error satanizar a todos los muchachos que están en la ULTRA FIEL y en LA REVO-, cometen sus fechorías.
La seguridad funcionó a la perfección en el partido de ida, cuando Olimpia sí permitió el ingreso de la barra motagüense. Había cuatrocientos efectivos que impidieron desórdenes y neutralizaron a los inadaptados.
Allí estaban, la ULTRA FIEL y LA REVO, en el mismo lugar, pero a raya por los policías, a quienes, por cierto, brindamos un aplauso de felicitación, pues garantizaron la tranquilidad de los demás aficionados.
¿Por qué no se hace lo mismo este sábado?
También se puede implementar algunas medidas como en Argentina: cuando el partido termina, la barra visitante sale del estadio, y a la local se le permite hacer lo mismo pero media hora después, y se va resguardada por miembros del orden.
Solo es una idea. De eso sabrán más los encargado de darnos seguridad.
En un país en el que a diario nos vemos sometidos por la delincuencia, es el colmo que ni siquiera en un partido de fútbol podamos mandar un mensaje de control.
El partido de vuelta de la semifinal perderá colorido en las gradas sin la presencia de la ULTRA FIEL. Porque no podemos negar que aunque ALGUNOS de sus miembros sean delincuentes disfrazados de hinchas, la barra le da un toque especial a cada partido del Olimpia.
Este sábado no entrara la ULTRA FIEL al Nacional.
Y es una lastima.