Hoy hace exactamente un año, partía al Oriente eterno, nuestro querido y amado Chespirito, tenía 85 años y 44 años siendo niño, interpretando a el chavo del 8, que más bien sería el Chavo del Infinito. Porque aunque pasen los años, y tengamos la edad que sea, siempre nos sacará una sonrisa. En otras palabras Roberto Gómez Bolaños Inmortal!
Este genio nació en la Ciudad de México el 21 de febrero de 1929. Antes de crear a los personajes que tanto nos alegraron la existencia, se dedicó a varias profesiones, fue, boxeador, arquitecto, escritor, guionista, pintor.
Su sobrenombre lo inmortalizó el director de cine mexicano, Agustín Delgado, quien lo llamaba “Shakespearito” por el talento que Bolaños tenía para escribir y obvio por su baja estatura.
Este es el primer capítulo que se transmitió el 20 de junio de 1971, “El chavo del 8”
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Cuenta la leyenda que una vez Chespirito, visitó Colombia, estaba de gira y le acompañaba el elenco del Chavo, harían una filmación en el pueblo de Cundimarca, para para ver paisajes y conocer la zona, pidió ir en el asiento de enfrente del bus.
En un momento en la carretera, vio a la distancia a un niño que vendía recuerdos de madera, contaba Chespirito que era medio día y el sol hacia ver al niño muy cansado y maltratado, descalzo, con ropa rota, un niño sumamente pobre.
Al verlo, El Niño tiró toda su mercancía, corrió hacia la puerta del bus, toco la ventana, Chespirito abrió y El Niño sacó el dinero de la venta del día y le dijo: “Tomá Chavito, para que podas comprar tu torta de jamón”.
Roberto Gómez Bolaños se bajó del bus, llorando, abrazó al niño y dijo: “Ni en 1 millón de libretos pude escribir un acto tan noble, tan puro, tan lleno de amor”.
Un periodista le dio pista al niño y a su familia, se pudo comprobar que Chespirito había realizado una generosa donación a aquellas personas, cuando el periodista le quiso preguntar a Roberto Gómez Bolaños, este le explicó que prefería que eso se quedara en el anonimato, pero la anécdota perdurara para siempre.
Gracias por tanto querido Chespirito, yo fui uno de esos millones de niños pobres a quien le alegró la vida viendo a “El Chavo del 8”, “Chapulin Colorado”, “Chanfle”, por eso debemos estar eternamente agradecidos, porque su legado y su humor sano vivirá en el corazón de las 3000 millones de personas que vieron sus personajes a través de la televisión.
