Por ÓSCAR FLORES LÓPEZ
Hay quienes aseguran que cuando Jorge Bran le pegaba al balón, el impacto se escuchaba del otro lado de las fronteras y en Guatemala, El Salvador y Nicaragua se asustaban creyendo que eran cañones de guerra. Puede ser una exageración; lo que no es invento es que es uno de los grandes ídolos en la historia del Olimpia. La leyenda vive en Nueva Orleans, Estados Unidos y abre el baúl del pasado y empiezan a salir los recuerdos…
¿Qué se siente ser ídolo de la hinchada más grande de Honduras?
Es algo muy lindo. El cariño y el reconocimiento de la gente, junto a los recuerdos de lo que uno vivió, son las cosas que quedan y que a uno lo llenan. Olimpia siempre ha estado en el corazón del pueblo y yo tuve la fortuna de jugar en este equipo a la par de grandes futbolistas y contra grandes equipos. Desde pequeño iba a ver entrenar al Olimpia a la orilla del río y soñaba con jugar con la camiseta blanca.
¿Cuando usted estaba pequeño, quiénes fueron sus ídolos?
Pipe Barahona, Abraham Pavón, Tigrillo Rosales, Ricardo Taylor, Reno Rodríguez. ¡Un señor equipo! Como no había dinero para ir al estadio, yo seguía los partidos por radio. Era algo mágico.
¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando le menciono el campeonato 69-70?
Uy, brother. No nos ganaba nadie. Teníamos un equipazo. A medida que iban pasando los partidos la gente hacía hasta apuestas para ver quién nos quitaba el invicto, pero nadie pudo. Incluso al estadio llegaban aficionados de otros equipos a socar en contra de nosotros, ja, ja, ja. Quedar campeones invictos fue algo memorable para todos los que tuvimos la dicha de estar en aquel equipo, porque aquellos tiempos eran bravos, man.
Para muchos es el major Olimpia de todos los tiempos…
Posiblemente sí. Pero también el del 58-59-60 fue un equipón, así como el del 88 con Malinowski.
En ese Olimpia del 69 estaban, entre otros: Indio Urquía, Mon Paz, Tonín Mendoza, Coyoles Rosales, Shinola Matamoros, Shula Gómez, Sentini, Chorotega Flores…
Ja, ja, ja. Solo “troncos”, ¿verdad? La base era Sentini en la portería; Selvin Cárcamo, Juanín Lanza, Shinola y la Gata López en defensa; Tonín y Mon en la media; Shula, Rey Mejía, Urquía y yo en delantera.
¿Qué recuerdos tiene del título de Concacaf del 73?
Uf, increíbles. Les dimos en la madre a los mejores equipos del área, entre ellos Alajuela y Toluca, que era el campeón de México. En la final nos enfrentamos al Robin Hood de Surinam, campeón del Caribe. Empatamos 0 a 0 en el primer juego y en el segundo ganamos 1 a 0 con gol mío.
Usted se fue a jugar al Mallorca de España, estuvo en Canadá y regresó a Honduras donde se reencontró con el Indio Urquía y se retiró, pero fue llamado de emergencia. ¿Cómo es la historia?
Bueno, yo ya sentía que le había dado suficiente al fútbol, estaba recién casado, pero don Rafael Ferrari me llamó y me dijo “Jorge, regresá, que tenés que ayudarnos”. Olimpia estaba peleando por no descender. Metí tres de los últimos cinco goles del club en los partidos decisivos y nos salvamos.
Para muchos, usted fue el major puntero izquierdo que ha tenido Honduras y uno de los tiradores más poderosos.
Muchas gracias por los conceptos. Nunca me ha gustado eso de andarme promocionando diciendo que era el mejor, el más guapo, el más cejudo, el más atractivo o el más musculoso ja, ja, ja. Mejor que sea la gente. Yo estoy más que satisfecho con lo que conseguí en mi carrera. Sobre eso que le pegaba duro a la pelota, pues algo hay de cierto en eso, aunque pega más duro mi esposa, ja, ja, ja.
¿Cómo eran los clásico contra Motagua?
Solo de eso se hablaba una semana antes del juego y una semana después. Como yo vivía en la colonia Soto, bajaba por el mercado América y los carniceros me decían: “Jorge, tenga, llévese esta cola de buey para que le hagan sopita en su casa y llegue fuerte al partido contra Motagua”. Una vez, de las pocas veces que perdí ante Motagua, iba caminando por el mercado y me pegaron un tomatazo. “Tomá por la reata, que se dejaron de Motagua”, me gritaron, ja, ja, ja. También iba a sacarle chaine a los tacos al Parque Central, uno de los vendedores me los dejaba bien pintosos y le ponía una hojitas de ruda para darme buena suerte y los tiros me salieran al marco, ja, ja, ja.
¿Qué ha sido de aquellas patillas?
Ya días me las vole. Jueputa, es que uno parecía mono con aquel corte, pero en el barrio mundo andaba así, porque era estar a la moda. Los papos querían andar como Jorge Bran, ja, ja, ja.
DE CAÑÓN
- Jorge Urquía: El mejor delantero que yo vi.
- Chelato: Buen entrenador.
- Pilín Bran: Un maestro con la pelota. Jugar a su lado fue una de las cosas más bonitos de mi carrera.
- Olimpia: Mística de jugar bonito y ganar.
- Ferrari: Presidente ganador.
- 1973: La gloria.
- Pilín Bran: De lo mejor de la mediacancha.
- Invicto del 69-70: Inolvidable.
- Motagua: Partido duro.
- Wilmer Velásquez: Goleador eterno.
- El rival más difícil: Estupiñán García. ¡Era un cerdo, ja, ja, ja!
- Jorge Bran: Contribuí lo mejor que pude con los colores del Olimpia.
SABÍAS QUE…
Jorge Bran llegó al Olimpia en 1969 a la edad de 21 años. Su primer salario fue de 300 lempiras. Anotó 38 goles con el León y fue campeón en 1969-1970 y 1971-1972.