Por ÓSCAR FLORES LÓPEZ
A la prensa deportiva mexicana le gusta tirar la piedra y esconder la mano.
Le encanta ofender a sus rivales. Mofarse. Humillar. Ridiculizar. Echarle leña al fuego. Jactarse de sus logros deportivos.
Y eso, a mi parecer, es válido. Porque el fútbol es una guerra deportiva.
Con los mexicanos, deportivamente hablando, no nos queremos.
No nos simpatizamos.
¿Para qué ser hipócritas?
Pero eso es exclusivamente en la cancha de fútbol. Una vez que el juego termina, nos damos la mano y brindamos con tequila y aguardiente de Yuscarán.
Para mí, allí concluye el asunto.
Pero ella –la prensa deportiva mexicana-, llora antes, durante y después de los partidos.
Si va El Salvador, llora.
Si aterriza en Canadá, se queja del frío.
Si está en San Pedro Sula, dice que no aguanta la humedad, o se queja de la inseguridad, de la grama del Olímpico, de la doña que vende horchata y el muchacho que está con una carreta de hot dogs a la vuelta del estadio, o lloriquea porque aquí no se le quiere, en fin…
¡Si la prensa deportiva mexicana sigue llorando así nos inundará San Pedro Sula!
¿No que son muy machos, como decía Cantinflas?
Encabezados por el funesto David Faitelson (“La nómina de Honduras no asusta a nadie”, acaba de escribir en su Twitter), piden clemencia cuando ellos son impecables en el ataque burlesco y bajo.
Y si alguien les contesta, actúan en papel de víctimas, ponen caritas de niños buenos, exigen disculpas, llaman a la ONU para que intervenga y piden respeto, cuando ellos mismos no lo dan.
Entonces, ¿de qué lloran?
Si “tiran leña”, como decimos en Honduras, entonces se aguantan, porque en esta guerra deportiva todo se vale y todo cuenta –adentro y afuera de la cancha-, con tal de quedarse con los tres puntos.
No pidan que recibamos al pinche Tri con rosas, si a la H, cuando llega a México, recibe un trato hostil, algo que es, como ya dije, válido en un partido eliminatorio.
Nosotros decimos que aquí les temblarán las patitas; ustedes sostienen (en la portada de diario Récord), que hagamos silencio pues la H es muda.
Portada ingeniosa y ofensiva, sin duda, pero yo no me voy a poner a llorar por esto.
Cada quien hace su “guerra” desde la trinchera que le corresponde. No es nada personal. Así que no se echen a morir por las portadas y comentarios de los medios hondureños.
Y una vez que termine el resultado, sin importar quién gane o pierda, salgan, queridos periodista deportivos llorones, a darse una vuelta por San Pedro Sula y traten de disfrutar de esa humedad de la que tanto se han quejado…