Didier Deschamps, entrenador de la selección de Francia, y Joachim Löw, técnico de Alemania, le escondieron a sus jugadores que las explosiones que se escucharon en el primer tiempo formaban parte de un atentado terrorista en París.
Según menciona el New York Times, los entrenadores fueron informados camino al vestuario, exactamente al final del primer tiempo, sin embargo decidieron no avisarle a sus jugadores hasta que terminara el partido amistoso.
“(Los jugadores) pensaban que simplemente se trataba del lanzamiento de unos petardos (…) inicialmente yo pensé lo mismo”, mencionó Joachim Löw.
El partido se disputó en el Stade de France y el resultado final fue 2-0 a favor de Francia, posteriormente los futbolistas se enteraron de lo sucedido.
El hotel donde estaban hospedados los seleccionados alemanes recibió una alerta de bomba, así que el plantel se quedó toda la noche del viernes en el inmueble deportivo, luego el sábado partieron a su país todos sanos y salvos.
El atentado dejó como resultado la muerte de 129 personas, además de muchos heridos en las explosiones y en los disparos sucedidos.
Luego se conoció que un terrorista intentó ingresar al Stade de France para inmolarse (dar la vida o sacrificarse) con el objetivo de causar daños a los que habían asistido al encuentro.
Un agente de seguridad y un policía le dijeron al ‘Wall Street Journal’ que el terrorista trató de entrar al estadio justo 15 minutos antes del inicio del partido entre Francia y Alemania y según mencionan, quería hacer explotar una bomba dentro del campo.
El agente de seguridad no escondió nada, reveló al diario estadounidense que descubrieron que el terrorista llevaba encima un chaleco repleto de explosivos y su reacción fue inmediata, trataron de retenerle, pero no lograron arrestarlo.
En el Stade de France habían 80,000 espectadores y si el terrorista hubiera logrado infiltrarse al inmueble el daño hubiese sido mayor a las 129 personas que perdieron la vida.